One and only.

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ㅡOlvidé el paragua de nuevo, shit.

Maldijo Hyunggu luego de haber sentido la gota número 15 sobre su rostro; una tras otra habían caído sobre su ropa y sobre su faz, pero sólo se repetía 'si me cae una más, significa que está lloviendo'. Efectivamente había comenzado a llover y esa tarde su madre tenía una reunión en su trabajo, por lo cual luego de pasar a la tienda de conveniencia, debía volver a casa solo.

Justo ese día había amanecido un poco más irritable que de costumbre, estaba cansado, quería llegar a su casa a dormir, pero el conductor del bus que debía tomar le había hecho oídos sordos a pesar de que las tres veces había levantado su mano correctamente. Estaba harto. Fin.

Así que decidió caminar un aproximado de ocho calles hacia el sur para llegar a la tienda de conveniencia, debía llegar con ramen para cenar y quizá un postre porque como él era hijo único, su madre no había preparado cena y moría de hambre.
Estaba enojado con la vida ese día, no quería nada más que dormir y ver algunos memes en casa luego de una ducha de agua tibia, sí, ese era su plan.

Llegó a la tienda luego de un rato y se dirigió a la parte de los fideos, había una amplia variedad pero compró simplemente unos con sabor a spagetti a la boloñesa que era su variedad favorita y caminó hasta el pasillo de los snacks para llevarse un par.
Mientras buscaba en su mochila la billetera para encontrar el dinero con el cual acercarse a pagar, entró su amor platónico por aquella puerta de cristal, cerrando su paragua de forma elegante y tan maravillosa que se quedó embobado.
Volvió rápidamente la mirada hacia sus documentos y mientras buscaba los billetes que le había dejado su madre, el chico se acercó a él y se colocó a su lado, lucía preocupado.

ㅡ¿Cómo puedes estar tan empapado? ¿Tienes algún paragua?

Espera... ¿Acaso se había dirigido a él?
Kang Hyunggu se sonrojó, aunque debido a lo frío que estaba su cuerpo casi ni se notó; nervioso formuló una respuesta rápida.

ㅡNo, lo olvidé en mi casa esta mañana, pero ya estoy cerca, no te preocupes.

Pensó que nunca se fijaría en él, que solamente él era el raro que se le quedaba mirando mientras bailaban en el taller de la escuela; Yuto era demasiado guapo y le parecía tierno que aprendiera los pasos un poco más lento que los demás del taller. Pero esa voz tan grave, aquel tono ligeramente más oscuro de piel y él en su totalidad le encantaba.

ㅡDebes cuidarte de no resfriarte, la presentación es en una semana y voy a necesitar tu ayuda.

Fue así como se despidió, ya que simplemente fue a aquel lugar para comprar unos snacks e irse. Sólo Yuto sabía que se había acercado a él para pedirle favores, quizás que le presentara a ese amigo suyo, un tal Wooseok que era de su clase, pero no importaba, Kino había caído en su trampa.

¿Era ese el canto de las aves? ¿Acaso estaba viviendo una epifanía? ¿Acaso había visto arcoiris y rayos de sol?

No lo sabía, pero mágicamente la vida le sonreía ahora, gracias por tanto, Yuto.

Rápidamente pagó al cajero con el dinero y salió de la tienda con un semblante completamente renovado; tanto así que la lluvia sobre su cuerpo no era molestia, aunque todo siguiera completamente oscuro por las grandes nubes de lluvia en el cielo; a pesar de las frías ráfagas de viento que iban de un lado a otro, a pesar de que las luces de la calle parpadearan y que la mayor parte de las avenidas estuvieran en completa oscuridad, no importaba, Yuto le había hablado, se había preocupado de él.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral al fijar su vista en su edificio; su departamento en el piso 7, el mismo en el que había vivido por sus cortos 18 años; pero extrañamente todo se veía más aterrador, como la película de terror que había visto la semana pasada.

Elevator ; Kang HyungguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora