NO SE APAGA

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A veces lo sientes, fuerte, vivo, recorriendo cada parte de tu cuerpo, erizando cada centímetro de piel, inundando con su fuego cada rincón de tus cinco sentidos. A veces pasa desapercibido, está, aunque no lo creamos, se esconde de manera discreta, se disfraza de cualquier otra cosa, o se refugia en segundos planos. A veces es capaz de acelerarnos el pulso en cuestión de segundos, de forma inesperada, imprecisa, sin aviso ni alarma, de hacernos viajar sin mover un sólo pie, a lugares en los que ya hemos estado, que conocemos perfectamente, o a sitios donde nunca hubiéramos imaginado llegar. A veces tiene la habilidad de llevarnos de la mano a cruzar la línea de lo imposible, a soñar estando despiertos, a quererlo absolutamente todo, y creer que lo improbable puede ser realmente cierto. A veces se transforma en nervios, intensidad, en algo que no sabemos muy bien cómo explicar, ni siquiera podríamos buscarle una definición exacta, precisa o coherente. A veces aprieta sin que puedas darte cuenta, te lleva de un extremo a otro, te embriaga en abstracta locura, sacude y mueve tu mundo de un modo en el que nada más consigue hacerlo. A veces parece que una parte se ha marchado, se oculta bajo el silencio, se cobija en el cajón de no hacer ruido, como una canción con una letra preciosa que busca aún su melodía; otras, en cambio, nos golpea directamente, nos despierta, nos inyecta una verdadera dosis de adrenalina, de necesidad de todo, de ganas de volar, de querer seguir ahí. A veces es de mil colores, tantos como puedas improvisar, a veces en blanco y negro, o incluso en matiz de grises. A veces es miedo, auténtico terror, un temor descontrolado, que viene y va, que no siempre tiene motivos, que se queda cuando menos lo esperamos, y desaparece cuando le da la gana. A veces es incertidumbre, un mar de dudas, mil preguntas simultáneas que no encuentran su respuesta, mil respuestas que se callan por ausencia de preguntas. A veces son sonrisas que se escapan sin quererlo a cientos de kilómetros, besos que cruzan pantallas, palabras que salen del corazón, directas, a golpe de dedos. A veces son paseos por cualquier calle perdida de una bonita ciudad, caricias fugaces que arañan minutos de valor incalculable, promesas que serán cumplidas aunque aún nadie lo sepa. A veces llega despacio, se construye poco a poco, gota a gota, segundo a segundo. Otras veces es una explosión repentina, una fuga de mariposas que surgen de la nada, una flecha que atraviesa directamente un par de cuerpos, para convertirlos en una única pieza. A veces es un león que ruge, otras un cálido abrazo que convierte en magia la realidad. A veces es inexplicable, incomprensible, o difuso, pero siempre está vivo, aunque no podamos verlo. Y nos acompañará sin pretenderlo, llegará sin buscarlo, y se quedará sin que le preguntemos. Por mucho tiempo que pase, por duro que sea el camino, o distancia exista en medio. Y da igual lo que digas o hagas, porque ya no habrá vuelta atrás. Porque lo has sentido, lo sientes, y lo sentirás. Porque cuando es de verdad, no se apaga. 

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⏰ Última actualización: May 18, 2018 ⏰

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