Capítulo 3 "Azares"

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-¡Entonces él hizo esta cosa extraña con su ojo que yo nunca he podido hacer y fue tan sexy!

-¿Te refieres a un guiño?- dijo Kath extrañada.

-¡Exactamente eso!- le respondí y la señalé con mi dedo mientras comía de mi hamburguesa.

- Creí que nos ibas a contar que perdiste tu virginidad o algo cuando dijiste que había pasado algo "caliente"- Comentó Dani mientras miraba descuidadamente las horquillas de su cabello.

-¡Daniela, por Dios!

-¿No recuerdas que ella es un caso de "súper prematura bebé genio"?

-No lo digas, de esa forma Kathleen, sólo pasé a primer grado sin hacer el kínder- dije rodando los ojos con gracia, por siempre repetir la misma historia, era menor a todos mis compañeros por saltarme el kínder, según mis maestros tenía las capacidades más desarrolladas y debían "aprovechar " mi coeficiente intelectual.

-Ya lo sabemos, bueno, ese no es el punto, Arya, los volveremos a ver este viernes, en el evento que va a organizar su colegio.

-Maldición, no quiero ser "esa chica" pero juro que nunca he tenido esta sensación, me conocen, nunca he hecho estupideces por atracción, y menos por amor.

Escuchamos el timbre que anunciaba nuestra vuelta a las cárceles; también conocidas como aulas de clase, nos levantamos con cuidado para que nuestras faldas no se alcen con el viento, caminamos hacia la puerta y justo cuando estábamos a punto de cruzar, un gordo, feo y asqueroso monstruo inundó mi campo visual.

-Niña, regrésate a tu patio de primaria porque aquí sobras- dijo Blair con tono venenoso, era mi archienemiga desde segundo grado cuando le dijo a todos que mis dibujos eran feos y que me hacía pipí, lo cual, ¡Obviamente no era cierto!¡Mis dibujos eran los mejores! Bueno, como una dulce niña, lógicamente tuve mi venganza, que consistió en cortar varios mechones de su cabello mientras ella trataba de despegar el chicle que yo coloqué estratégicamente en su falda, una genio del mal.

-No hables tan alto, yo no me atrevería a decir nada con esa nariz que tapa casi toda tu cara- dijo Dani, mientras Blair tocaba "disimuladamente" su nariz.

-Déjamelo a mí- le dije a mi amiga tocando su hombro- Blair, deja de buscar atención y aprende a cerrar las piernas antes de decirme, bueno, lo que sea que trates de ladrar- la miré con mis ojos entrecerrados, no, nadie podía meterse conmigo- Si nos disculpas, nosotras entramos a clases por algo más que coquetear con chicos.

-Eres patética, obvio, súper patética, qué pena- dijo Blair con rencor.

Entramos al aula y nos sentamos en nuestros lugares, mientras mis amigas me miraban con aprobación nuestra profesora de Matemáticas Intermedias entró, la clase trató sobre límites, anoté absolutamente todo, aunque en realidad sentía que la materia estuvo muy entretenida y presté conscientemente atención, mis amigas vinieron hacia mí con expresiones de horror al finalizar la hora, la primera en hablar fue Kathleen.

-Joder, En todo este tiempo,  desde que escuché "Límites" no dejé de pensar en esa chica del equipo contrario que tenía labial en los dientes, en Chicas Pesadas, ¿Saben a qué parte de la película me refiero?

-Obviamente, parecía que una monja ciega la vistió- Imitó Dani con gracia.

-¿No entendieron la clase? Yo puedo explicársela.

-¿Sabes qué tienes, Arya Bishop?

-No de nuevo- dije con fingido cansancio mientras sonreía.

-¡Tienes el jodido don!- dijeron al unísono

-Eres una cerebrito, si es que fuera hombre, no dudaría en hacerte mi profesora sexual- dijo Dani con picardía.

Kath y yo la miramos entre confundidas y con gracia.

-No entiendo qué tienes en esa cabeza tuya, amiga- dije finalmente riéndome.

-Es obvio, porno- dijo Kath con gracia

Y no, esa no era una de nuestras conversaciones más raras.

Al finalizar las clases, salimos al mismo lugar de siempre, donde me encontraba con mi madre, caminé descuidadamente hasta que sentí que tropecé con una gran roca y caí directamente al suelo, pero, no, señores, eso no era lo peor, habían dos cosas que me habían hecho gritarle a Dios "¡Trágame Tierra!"

La primera, mi falda se alzó sobre mi cadera dándoles a todos un buen espectáculo de mi ropa interior color rosa con adorables lacitos fucsia.

Como segunda y peor situación, mi vista regresó al lugar donde mi pie había trastabillado, y no, ese zapato de aproximada talla 9 no era una "gran roca".

Era uno de los mayores vilipendios de mi vida.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora