"Y estos son los resultados, con treinta y siete puntos sobre un total de veinte..."
Media rebanada de pastel cayó al suelo.
La niña sintió el frío recorrer su espalda, "¡Esto no tiene lógica!" pensó, y enseguida agregó "Lo he arruinado todo."
El niño, al otro lado del auditorio, se sorprendió de no sentirse totalmente feliz del resultado. Había pensado "¡Por supuesto! Nadie más llegaría a un puntaje tan alto" pero en vez de alegría, le invadió un segundo pensamiento: "Pobrecita la niña..."
Y no era sarcasmo.
Buscó a la niña entre las personas en el auditorio y alcanzó a verla al otro lado, estaba de pie, rígida, pálida, y sostenía una servilleta con restos de pastel en la mano.
"¡Tenemos un empate entre los participantes número..."
El silencio se transformó en bulla al instante, ¿Un empate? El niño perdió de vista a la niña entre el movimiento de la multitud. El organizador repitió una vez más el resultado como para que no quedaran dudas, uno de los números era el del niño, y el otro no necesitaba preguntar de quién era.
La niña, mientras tanto, se había desplomado sobre su asiento. Nunca antes había sentido un miedo tan profundo al fracaso, y ahora se sentía aliviada de que todo terminara así. Al fin y al cabo había ganado, y no tenía ningún inconveniente en compartir el triunfo con...
"...y por eso los invitamos a subir al escenario para el correspondiente desempate."
El niño y la niña, como si estuvieran sincronizados, se miraron fijamente desde un lado hasta al otro del auditorio.
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La noche en la que el monstruo lloró
Mystery / ThrillerUn concurso entre escuelas. Los niños que han llegado a la final están habituados a pensar mucho, a analizar todo. Un niño empieza a aburrirse y una niña empieza a sospechar. Y les toca enfrentarse.