Capítulo 1: Ania

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Sonó el despertador. Hice un esfuerzo para apagarlo, aunque no pude dormir mucho más ya que mi hermana menor, Irene, saltó a mi cama haciéndome cosquillas.

-¡Levanta, dormilona!-gritó ella en mi oreja.

-¡Para!- dije yo entre risas, haciendo un esfuerzo para levantarme.

Hoy es mi primer día de instituto en una nueva ciudad. Estoy acostumbrada a este tipo de cambios ya que nos solemos mudar a menudo a causa del trabajo de mi padre.

Llevo poco tiempo aquí, en Tembolstown. Casi no conozco este lugar, pero mis padres me han dicho que vamos a estar aquí hasta que finalice el instituto.

Mi madre me acompañó hasta la parada de bus, que no estaba muy lejos de casa. Y llevó a mi hermana a su nueva escuela.

El autobús no tardó en llegar. Como estaba casi vacío fui directamente al fondo, donde me senté apoyando mi cabeza en la ventana, envuelta en mis pensamientos, con la música a tope.

Entró una chica morena de ojos verde mar al autobús. Su pelo era negro azabache con ondas perfectamente delineadas. Por su rostro pude deducir que tendría unos quince años, mi edad. Me dio la impresión de que quería decirme alguna cosa, así que me saqué los auriculares y me incorporé. Ella caminaba en mi dirección.

-¡Hola!-dijo amablemente- ¿Está ocupado?

Señaló el asiento de mi derecha, yo negué con la cabeza.

-Me llamo Emma, ¿tú también vas a Winston?

Al principio la pregunta me sorprendió, después reparé en el uniforme y le sonreí.

-Sí-contesté tímida-. Yo soy Ania.

Empezamos a conversar de diferentes temas, haciendo que el recorrido pareciera más corto.

No tardamos en llegar. El instituto era inmenso, tanto que me entró miedo. Nunca había estado en un sitio tan grande con tantas personas, además pasaría mucho tiempo en él.

Emma me enseñó el lugar hasta la alarma sonó, indicando que empezaban las clases.

Mi nueva amiga me guió hasta la primera clase, la de química. Se sentó al lado de un chico que me pareció guapo, ¿eran novios?

Yo tuve que sentarme con una chica que estaba sola en una esquina del aula, supuse que también sería nueva.

-Hola- me presenté-. Soy Ania.

-Hola-contestó seca-. Yo Ester.

No volvimos a hablar en toda la clase que se me hizo muy larga y aburrida. Cuando acabó la clase volví a dirigirme a Emma.

-Que aburrida ha estado la clase, casi me duermo.-dijo el supuesto novio de Emma.

Las dos reímos y ella contestó:

-Ya lo he notado-Emma nos miró y se dió cuenta de que no nos conocíamos-. ¡Ah! Este es Iván-me dijo.

Yo presenté y en seguida pregunté lo que estaba pensando durante toda la clase.

-Por cierto, ¿sois pareja?

Ambos se miraron y se rieron a carcajadas.

-¡Qué va!-dijo ella entre risas- ¡Somos mejores amigos!

-Además-añadió él-, soy gay.

No supe que responder, me quedé paralizada. No era que me pareciera mal, era por la vergüenza que pasé al preguntar semejante estupidez.

Después de aquel inciso la mañana pasó más rápida. Los profesores se habían presentado, por lo tanto no traía faena. Todos me habían parecido muy simpáticos aunque el de química era muy aburrido.

En cuanto a los compañeros no tuve la oportunidad de hablar con mucha gente. Había notado que dos chicas me miraban mal, y no entendía el por qué.

Emma y yo nos despedimos de Iván, y fuimos a la parada de bus. Cogeríamos el mismo autobús que la mañana. No vivíamos muy lejos.

Llegué a casa bastante cansada, ya que había sido un día ajetreado. Mi hermana me esperaba, quería contarme como había sido su día. La escuela le gustaba mucho y había hecho muchos amigos.

Yo también le conté todo sobre mi día. No me dejé ningún detalle. La parte que más le gustó fue cuando nombre a mis nuevos amigos. Tenía curiosidad de conocer a Iván, pues le encantó gay. Yo no entendí esa tontería ya que me pareció un chico de lo más corriente y normal.

Mi madre también quería saber como había sido mi primer día en las clases. Ya que mi madre y yo tenemos una muy buena relación le conté todo.

Después de comer Emma me envió un mensaje, ya no me acordaba de que habíamos intercambiado números.

"Esta tarde Iván y yo hemos pensado en ir a tomar un helado, ¿te vienes?"

Emma

"Le pregunto a mi madre y te digo"-escribí mientras salía de mi habitación yendo a la cocina, donde estaba mi madre.

-¡Mamá!-grité bajando las escaleras, para mi sorpresa la encontré sollozando. No entendía el porqué.

Ella afirmó que estaba bien, que no le había pasado nada. Yo no la creí ya que en su brazo vi un morado.

-¿Qué quieres, cielo?- preguntó secándose las lágrimas.

-Nada, nada.- Decidí no salir aquella tarde ya que creí que mi madre me necesitaba.

"Al final tengo un compromiso, lo siento".

Ania

Esa tarde no salió como esperaba. Acabé riéndome de mi misma viendo fotos antiguas con mi madre. Fue una tarde divertida. Poco a poco olvidé lo que había visto anteriormente. 

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⏰ Last updated: Jun 01, 2018 ⏰

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