Todo empezó con una fiesta. Habíamos quedado un grupo de amigos para celebrar el día de Halloween en la casa de nuestra amiga Ana. Ella hacía dos meses que vivía en nuestro barrio, y era una chica bastante sociable y rara a la vez. Algunas veces nos quedábamos atónitos por las cosas que se le pasaban por la cabeza, pero ese día había superado el límite.
Fuimos a su gran casa sobre las nueve de la noche, hacía un frío inhumano. Su casa era una antigua mansión de un siglo muy lejano. La madera del porche crujía tras los pasos de nuestros pies. Los cinco esperábamos que Ana abriese la puerta. Habíamos tocado el timbre y estábamos ansiosos por entrar en la casa. Aquel lugar era espeluznante. Tan pronto como se oyó el abrir de la puerta, Ana asomaba la cabeza por la misma. Nos acogió con una sonrisa extravagante, invitándonos a pasar. Cruzando el umbral de la casa, entrábamos al salón donde nos esperaba una chimenea que nos ayudaría a deshacernos del frío que acumulábamos. Nos sentamos en los anticuados sillones y sofás. La decoración de la casa no había cambiado mucho desde que fue comprada, había cuadros y muebles con muchos años.
Alex y yo observábamos el fuego que chispeaba en la chimenea de aquel salón mientras que Ana se relacionaba con la pareja de Tim. Que se llamaba Emma y al parecer había caído en los brazos del romántico de Tim. En la cocina se oía a mi hermana Dafne preparando la cena que comeríamos enel extenso comedor de la mansión. Por desgracia los padres de Ana estaban en una fiesta y habían dejado a cargo la casa a Dafne, por ser la más madura del grupo. No sé fiaban de su propia hija, su relación fraternal no era de las mejores. Siempre había peleas.
Ya en el comedor hablábamos de las cosas del instituto que habían ocurrido. La comida era deliciosa, lo malo es que me sentí mal y fui al baño. Me preguntaba donde se había metido Ana, había ido a buscar una cosa y no había vuelto. Mientras subía las escaleras, oía como que alguien hablaba. Era la dulce voz de Ana. ¿Con quién hablaba? Me di cuenta cuando me puse a escuchar tras la puerta de su dormitorio la cuál provenían la voz de ella. Estaba hablando como en otra lengua. No sé que lengua era. Parecía latín, era extraño.
No sé de donde salió la valentía y la necesidad pero abrí la puerta rápidamente. No creía lo que veía... Ella estaba levitando. Me quedé sin palabras. Eso era absolutamente imposible, no había una explicación lógica para este suceso. De repente cayó al suelo, y a la vez me sumergí en una visión...
Un lugar totalmente oscuro. Estaban todos los que venimos a la fiesta, todos parecíamos desorientados y desconcertados. Ana miraba al espejo, estaba erguida y no movía ni un solo músculo. Pronuncié su nombre y respondió esto al instante:
-Este es El Juego De La Novia Del Espejo, invocada esta, ella vendrá para tomar su venganza. Sobrevivir hasta que el sol aparezca, procurar no morir.
No tenía ni la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo en ese momento. Temblaba mi cuerpo entero por las cosas que estaba diciendo.
-¡¿Qué es todo esto?!- pregunte a pleno pulmón. Estaba empezando ha asustarme.
Se dio la vuelta y vi algo que nunca quise ver. Su cara desangrada con una sonrisa maníaca, sus ojos estaban en blancos y llevaba un ramo de flores en sus manos empapadas de sangre. Se me heló la sangre al verla. Apenas podía aguantar su mirada de pirada.
-Me gusta ver el sufrimiento de los demás, me hace feliz.- se reía como la asquerosa loca que era. En espejo pude ver una cara sonriente ensangrentada de una novia de boda. Era un rostro terriblemente espantoso.
Lo que más me dolió fue ver que mi amiga hacer algo tan macabro. Yo sentía algo por ella pero no sé que estaba pasando y porque había dicho de vernos sufrir. La visión se fue y me encontré en la casa, en la puerta del dormitorio de Ana. La novia estaba allí. LLevaba un vestido con mucha sangre, y un cuchillo en su mano. Huí lo más rápido que pude, baje por la escalera mientras ella me perseguía. Corrí a la puerta principal pero allí estaban todos intentando abrirla excepto Ana que no sabía donde se hallaba. Alex rompió la ventana pero cuando salió por ella, la novia lo aguardaba fuera. Alex no pudo ni gritar ya que el cuchillo de la novia había atravesado su boca. Ella se había como teletransportado. Todos huímos. Me encerré en el dormitorio de los padres de Ana. Menos mal que puse el cerrojo, me escondí en el armario.
¿Qué había pasado?¿Todos de verdad estábamos en la visión?¿Quién es la novia? Yo sabía quién podía responder estas preguntas, Ana. Si ella debería saber quien era. Sino fuera así, ¿como sabía invocarla?
También me pregunto sobre la importancia del espejo. Es bastante misterioso. Seguro que debe haber algo oscuro. Empiezo a escuchar pasos. Cada vez más cerca, puedo sentirlos. Se oye como si intentasen abrir la puerta. ¡Oh Dios mío! La ha echado abajo. Es ella.
Ha encendido las luces del dormitorio. ¡No quiero morir! Está mirando debajo de la cama, sabe que estoy escondido aquí. Debo salir antes de que mire el armario. Salí del armario y empece a correr de nuevo. Mi corazón latía como nunca lo hubiera hecho, estaba muy asustado y nervioso. Corrí por el pasillo lo más rápido que pude, pero ella me alcanzó. La pesadilla me agarro de la camisa con gran fuerza que hasta me la rompió. Caí al suelo del pasillo, me miro con los ojos sangrientos. Se me heló la sangre nada más encontrarme con sus ojos. En un movimiento, el cuál no pude ni reaccionar, me cogió por el cuello. Intentado liberarme, ella me llevó a el dormitorio de Ana. Estaban todos los cádaveres allí. Todos habían muerto, incluso Ana. Me tiró a las cuerpos muertos de mis amigos y eso fue lo último que vi en mi vida humana...