T2. Episodio 4, parte 3

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Los gritos de John tratando de ayudar al Sr. Brown se oían aunque Sherlock ya estaba a más de un kilómetro. Seguía el rastro de sangre y pisadas. Al doblar en una esquina, se encontró detrás de un gran arbusto. Dispersó un poco las hojas y pudo observar la escena:
Era una especie de parado, había un arco nupcial hecho a mano, un ministro y, como si estuvieran a punto de casarse, el Sr. Voopre y la media desmayada Srta. Henderson. El ministro decía el discurso de casamiento y el Sr. Voopre aceptó ser el esposo de Teresa Henderson.
Sherlock, siendo como es de dramático, salió de los arbustos en el momento de "Si alguien se opone, que hable ahora o calle para siempre" Ambos criminales se asustaron. La reacción del ministro fue sacar su arma e intentó antentar contra el detective, sin embargo, John disparó contra el ministro desde atrás de su compañero. El Sr. Voopre, sabiendo que su plan falló, salió corriendo y Sherlock detrás de él. A los pocos minutos de perseguirlo, lo atrapó.
John ayudó a Teresa.
-Gracias, gracias... Nunca pude imaginar que...
- Quedese tranquila. Ya está a salvo.

Cuando los dos amigos volvieron de su aventura, le contaron con detalles sobre la misma.
- Estaba demente. ¿Quién secuestra a alguien solo para casarse con ella?- Se quejó Rosie.
- No es mi primer caso- Replicó Sherlock, recordando.
Las niñas le contaron su propia "aventura" y mostrandoles las fotos. Molly ya se había ido y la Sra. Hudson estaba en su casa.
- ¡Ah! Casi me olvidaba- Dijo Amelie entregandole la carta a su padre.- Mycroft nos mandó a dartela.
- No hace falta. Podes tirarla.
-No crees que...
- Dije: podes tirarla.

En esas pocos horas que transcurrieron, Sherlock, siguiendo las instrucciones de la psicoanalista de su hija, intentó entablar una conversación con ella.
-Hoy hubieras sido de ayuda. No; no hubieras servido. No corres lo suficientemente rápido. Creo que tu trabajo es hablar con la gente, sacarles información, y esa cosas. Eso te sale bien.
- Si, bueno. A veces el problema es que las personas me sacan información a mi. Hablo demaciado. Y hay muchas cosas, como la historia de cuando yo era pequeña que no quiero que nadie sepa...- Se quedó pensativa. Como si lo que dijo destapara una idea que tenía guardada desde antes.- Deberiamos tener algún código- Espetó finalmente Amelie.- Un código que solo nosotros dos sepamos. Así, podriamos mandar mensajes secretos... o hablar cosas importantes como " la charla "-
- No te hace falta "la charla". Conoces todo sobre ese tema.
- No lo se... Espero no terminar como mi madre por falta de información...- Concretó con una sonrisa de costado, igualita a la de su padre cuando demostraba ser él mejor.
-Uff... Esta bien. Pero primero hagamos lo del codigo. Es mas interesante. Sugiero que utilizemos un método discreto.
-¿Cómo los ojos? Podríamos moverlos de diferente manera para cada palabra- Así, hablaron un poco más para crear aquel código, y luego acordar que por su cuenta practicarían el nuevo lenguaje.
-¿ Te gusta el Código Holmes?- Preguntó la niña.
-Había pensado el Código Enigma pero ese suena mejor

La tarde siguiente mientras Rosie estaba en sus clases de saxo, Amelie leía tranquila un libro muy atrapante en su parte del sillón. Amelie siempre odió que sus padres interrumpieran su lectura, y ese día no fue la excepción:
- Amelie... - Dijo John entrando el la sala- ¿Cuál me queda mejor? ¿La campera negra o azul?
-¡Estoy leyendo! ¿Por qué siempre tienen que molestarme cuando leo?- Mantuvo la vista en él- Depende la ocasión.
-Una cita.
-Interesante. John Watson sigue cazando novias.
-No le cuentes a Rosie.¿Entonces?
- El negro. El azul no queda bien con los jeans. Le dio las gracias, un beso en la frente y se sentó en su sillón.
Amelie volvió a su lectura pero llego Sherlock con su bata puesta
- Ami, rápido. ¿Cuál es mejor? - Mostró dos camisas, una blanca y una violeta.
- ESTOY LEYENDO, SEÑORES. Siempre me molestan en las partes mas interesantes... ¿Por qué?
- Tengo que salir y punto.- La niña, por una milésima de segundo, dirigió su mirada a John.
- La violeta. Te hace más guapo.- Sonrío y salió de la habitación. Amelie no pudo contener su risa.

Como ya sabían, Sherlock y John abandonaron el departamento alrededor de las 8 p.m. Amelie y Rosie bajaron para cenar con la Sra. Hudson. Ella les preparó un pastel de carne, su favorito.
Comieron hasta no dar más. Se quedaron un rato más charlando y luego subieron a su cuarto. Amelie se durmió en seguida, Rosie no podía dormir. En el edificio reinaba el silencio. Rosie miraba el techo oscuro sin más que esperar a que el sueño llegue.
Un paso. Dos. "¿Papá? " Varios más. ¿Sherlock?. Un sonido seco. Pasos que corrian subiendo la escalera. "¡¡Amelie, Amelie!! ¡Despertate!" Alguien agarró a Rosie por detrás y ya no recordó nada más.

Ambos padres regresaron cerca de la media noche. Subieron. Sherlock se dirigió a su cuarto mientras John subía a su habitación pasando antes por la de las niñas.
-¡SHERLOCK!¡No estan!- Sherlock corrió escaleras arriba. En la cama de Rosie yacía un papel:
"Venga a buscarlas en la orilla del Támesis debajo del London Bridge. Tienen hasta el amanecer
-NB"
- Otra vez no...

Amelie estaba mareada. El cloroformo no ayudaba. Abrió un poco los ojos. Estaba en un barco, flotando debajo del London Bridge. Rosie forcejeaba las ataduras de sus manos y pies. A su lado se hallaba la Sra. Hudson" ¿Ella qué tiene que ver?" y en seguida se dio cuenta. Los había visto y no querían testigos. "Si no querían testigos de nuestro secuestro, entonces ¿Por qué no la mataron en el momento?" Pensó unos segundos más y todo se aclaró.
Comenzó a moverse igual que su hermana. La Sra. Hudson llorisqueba y las niñas trataban de calmarla.
- Tranquila, por favor. No queremos que te agarre un paro o algo- Repetía Rosie. Un hombre se paró delante de ellas y otro atras. Juntos les taparon la boca con un pedazo de cinta. El único hombre que podían ver, les hizo una señal de silencio, además de mostrales su arma.
Amelie intentaba no llorar. Debía estar calmada o sino nada cambiaría. Bueno, calmada o no tenía probabilidades de morir, pero lo que no quería era un episodio de amnesia. Eso era lo único que faltaba.

Sherlock y John tomaron a un taxi directo al Támesis. El doctor tenía en un bolso, un par de libras, un reloj y su celular.
- No quieren esa clase de rescate.- Aclaró Sherlock- O mueren ellas o morimos nosotros.
- ¡Por Dios! ¿Qué vamos a hacer?
- Eso depende en que situación estemos- Miró a su compañero con ojos de perro mojado aunque el ceño fruncido.

Arribaron al London Bridge casi a la una de la mañana. Bajaron todo lo que pudieron y vieron, a unos cuantos pasos de ellos, flotando,  un pequeño barco. Sus hijas y su casera se encontraban atadas. Ellos se acercaron a la orilla pero seguían muy lejos para poder saltar sobre el bote.
-¡Al fin llegaron! Por un momento creí que las dejarían solas. ¿Trajeron algo para mí?- Dijo el hombre con el arma.
- Si.- Contestó John.
- Basta de drama- Replicó Sherlock.- Sueltenlas y les daremos lo que hay en este bolso.
-¿Cuanto hay?- Preguntó el que las agarró por atrás.
- 150. Más un reloj y mi teléfono.
-Uff... Es demaciado poco. No veo otra manera que...
-¡No!- Gritó John.-Buscaremos más si es necesario.
El hombre con el arma fingió pensar con una pose absurda.
-Naaa. Después de todo , ya teníamos ordenes espaciales.
Los dos hombres tomaron, el del arma a Amelie y el más grandote a la Sra. Hudson y las lanzaron al río. Rosie lloraba y pataleaba, sabiendo que ese también sería su destino. Las lanzaron a las tres por la borda.
Encendieron el motor y el barco zarpó dirección contraria al flujo del Támesis. Los dos padres sin pensarlo se tiraron al agua en busca de sus seres queridos, que se alejaban cada vez más rápido de ellos.
Rosie sabía nadar, intentó con todas sus fuerzas llegar a la superficie y por suerte John estaba ahí para ayudarla. La sacó del río y le destapó la boca. Le preguntó si podía respirar con normalidad a lo que ella respondió que sí. Ahora John salía en busca de la Sra. Hudson.
Por su parte, Amelie no sabía nadar. A los pocos segundos de caer ya había tragado agua. Sherlock tardó más o menos dos minutos en poder sacarla. La apoyó en la orilla y presionó su pecho para que el agua saliera. Y efectivamente lo hizo.
-La Sra. Hudson... Andá a ... Buscarla.
Rosie se juntó con su hermana mientras sus padres intentaban rescatar a la mujer que ellos consideraban parte de su familia. Con la Sra. Hudson tardaron un poco más, pero lograron sacarla.
John la apoyó en la orilla y comenzó a hacerle los procesos de primeros auxilios. Rosie acariciaba sentada el cabello de la Sra. Hudson mientras que los dos Holmes observaban desde arriba.
Luego de varios largos minutos de precionarle el pecho, John se rindió sin conseguir respuesta de vida. Rosie se echó a llorar sobre su casera, mientras que Amelie se tapaba la cara llorosa abrazondose a su padre. John respiraba para relajarse y Sherlock, observaba el cuerpo de la Sra. Hudson como si en su corazón no sintiera nada...

Bueno, este sería el final de temporada. Como dije la última vez, voy a subir el siguiente con bastante tiempo en el medio. Sie es que cuando ustedes lo estan leyendo ya esta la siguiente parte publicada, les recomiendo esperar un día para leerlo. ¡Para mantener la intriga!
Si llegaron hasta acá les doy las gracias por leerlo.💕💕

Sherlock 2 : Las Historias De Amelie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora