Relatos Cortos

reto tecnológico

¿Oiga? No le entiendo

Por las mañanas, en el pueblo más solitario de todo Ávila, solían darse un paseo para estirar un poco las piernas, Bernardo y su amigo. Dos hombres ya mayores y viudos. Mientras iban caminando sonó el móvil de Bernardo y para cuando quiso descolgar ya habían cortado la llamada.
—¡Mierda de aparatejo! Todavía no me hago yo a estas modernidades. Esto de no tener teclas…
—Cago en ros. Ayer me pasó algo a mí muy raro —comentó Eustakio a su amigo Bernardo.
—¿Y eso?
—Pues mi hijo, se empeñó en regalarme un móvil de esos.
—¿A ti también?
—Sí, por si alguna vez me pasa algo que pueda llamar al médico o vete tú a saber. A lo que iba, de repente me suena una llamada y yo, ¿diga? Y no contestaba nadie. Así que colgué. Al rato, otra vez. Y nada. Total que a la tercera me suena y me cagué en la madre que le parió al gracioso y colgué. Total que vuelve a sonar y ya me quedo un rato escuchando y se escucha:
Vodafone: Hola, bienvenido al servicio de Vodafone.
Yo: Sus muertos, ¿y quién es usted?
Vodafone: Queremos hacerle una encuesta para saber su grado de satisfacción.
Yo: Oiga, que no me ha dicho quién llama. Bueno, ¿y eso qué es?
Vodafone: Diga del uno al cinco si está satisfecho con el servicio que prestamos.
Yo: ¿Pero de qué servicio habla? Yo voy al baño muy bien, señorita. ¿Es médico?
Vodafone: No le he entendido bien, repita del uno al cinco, uno insatisfactorio, dos regular, tres, satisfactorio, cuatro bien y cinco muy bien.
Yo: Cinco, demonios. Cago todos los días. Pero oiga, ¿llama de la consulta del doctor Basterra?
Vodafone: Diga del uno al cinco si está satisfecho con la persona que lo atiende.
Yo: Uno. Mal, muy mal porque no se me ha presentado ni me ha dicho su nombre, señorita.
Vodafone: Diga del uno al cinco si está satisfecho con la resolución de sus problemas.
Yo: Anda, mi madre, y pasa a otra pregunta, ¿y qué problemas tengo yo?
Vodafone: No le he entendido, repita del uno al cinco,…
Yo: Se va a ir a freír espárragos, número uno.
Vodafone: Gracias por sus respuestas.
—Y después de toda esa parrafada me colgó.
—Qué mujer más rara, ¿no?
—Pues eso pensé yo. ¿Y sabes lo qué es mejor? Que me llamó mi hijo a la noche y me pregunta que qué había hecho para que me regalaran un móvil de última generación. Y ahora tengo dos.