Esa mañana, se despierta pronto. Hace algo de frío, y puede oír cómo un suave viento sopla en la calle, colándose en su habitación a través de los agujeros de la pared. Las escaleras crujen mientras baja, frotándose los ojos y sorteando los huecos en el suelo para no caer. Se encuentra a su padre desayunando en su viejo tazón agrietado, el cual, está seguro, va a romperse y derramar su contenido en cualquier momento. El hombre saluda con una sonrisa al muchacho, y señala su tazón, que humea sobre la mesa.
"Charlie, desayuna rápido o llegaremos tarde"
Charlie va a presenciar hoy el desfile de la Calle Mayor. La larga guerra entre humanos y Ecos por conseguir el poder de la ciudad, los llamados Años Oscuros, habían impedido que la celebración anual tuviese lugar desde hacía mucho tiempo. Charlie solo lo había visto una vez, hace más de nueve años, y lo recuerda simplemente mágico. Tiene un recuerdo borroso lleno de colores y esa sensación de alegría que te oprime el pecho. Charlie está seguro de que este desfile levantará los ánimos de toda la ciudad, por muchas ruinas y polvo que cubran sus suelos. La horrible guerra aún está presente entre los habitantes de la ciudad, y las heridas recientes no cicatrizarán con música, confeti y disfraces brillantes, pero el desfile ayudará a ignorar, al menos por unas horas, la triste realidad a la que llaman hogar.
El padre de Charlie toma su capa oscura, comida por las polillas, y le tiende a su hijo un gran sombrero de copa más roto que entero. Ambos han vuelto hace poco tiempo a la casa que tuvieron que abandonar cuando la guerra estalló. Los hombres fueron perseguidos, asesinados y torturados por los Ecos, y Charlie y su padre fueron unos de los muy escasos afortunados que consiguieron huir.
Aunque, considerando todo lo que dejaron atrás a cambio de salvar sus vidas, "afortunados" no es el adjetivo más apropiado.
Un año después de que la guerra terminase, cuando todo se hubo calmado, el padre de Charlie tomó una decisión dura: volverían a Venom City, arriesgarían sus vidas, pues al menos ahí tendrían alguna esperanza. Tener que huir de la ciudad les arruinó, y apenas tenían dinero para comer en aquel pueblo alejado de la civilización en el que se habían instalado. Al menos, su padre conocía la forma de salir adelante en Venom City... aunque Charlie aún no ha descubierto cuál es. Su padre siempre dice que lo sabrá llegado el momento.
Comienzan a caminar con cierta precaución, pues el miedo de no ser aceptados en una ciudad gobernada por Ecos les obliga a medir sus pasos. Se cruzan con varias personas que caminan en dirección a la plaza mayor, con un ápice de esperanza en la mirada, esperanza de que ese día va a cambiarlo todo. La misma esperanza que reside en sus corazones cada día y se rompe cada noche, esperanza iluminada por el amanecer que se desvanece con la puesta de sol. Una esperanza irracional e ilusa, pero que es la única razón por la que los ciudadanos siguen adelante. La guerra ha dejado campos devastados y casas derruidas, y poca gente puede permitirse ahora el lujo de sonreír.
Cuando llegan a la Calle Mayor, cientos de personas se mueven y susurran cosas en los oídos de sus compañeros. De repente, un hombre con plumas y una enredadera trepando por la cara golpea a Charlie en un hombro. Se gira para disculparse y, cuando ve su rostro humano bajo el ala del sombrero, agacha la cabeza y sigue caminando, con expresión de compasión.
Nadie desea ser humano después de los Años Oscuros.
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Bienvenidos al Desfile Negro - HIATUS
FanfictionDespués de una infancia ambientada por explosiones y tiroteos, Charlie asiste con su padre al desfile de Venom City, que se celebra por primera vez desde el final de los Años Oscuros. Allí conoce a Gerard, un joven de cabellos rubios sediento de ven...