Previous blues.
Siempre hay muchas ironías en la vida, claro ejemplo: una verdadera historia de amor, casi siempre, comienza con una dolorosa ruptura.
Era el mes de junio del 2015.
Estaba comprometido con el hombre que creía, hasta ese momento, se quedaría a mi lado para siempre. Jin y yo teníamos cuatro años siendo una estable y sólida pareja, o al menos eso todos nos decían pero la realidad era diferente.
¿Aún nos amábamos? No lo sé, con el tiempo empecé a darme cuenta que la costumbre y la monotonía nos estaba ganando en grandes pasos. Creo que ambos solo nos resignamos a estar el uno con el otro por amor a los recuerdos y lo cómodo que se nos era estar juntos, compartíamos muchas cosas pero no todo; al menos por mi parte. Mis miedos siempre me ganaban y más cuando me dijo que tenía que irse de expedición por un año y medio con comunicación limitada pues a donde iban la señal era malísima.
Me hubieran visto cuando me lo dijo, era un completo desastre. Lloraba, le rogaba que no se fuera, que no me dejara, que eso para mí era un adiós definitivo. Yo sabía lo que iba a pasar entre ambos pero él me convenció de lo contrario. Me dio la esperanza que necesitaba para pensar que íbamos a seguir juntos luego de esa aventura. Le creí.
Llegó el día que tuvo que irse de nuestra casa. Lloré al despedirlo, le entregué una carta para que pudiera recordarme y recordar cuanto lo amaba.
Para mí, la primera semana semana fue la peor. Estuve encerrado, solo con mis cachorros pues eran los únicos que me comprendían. No tenía ningún tipo de agrado o afinidad con los amigos de Jin, los odiaba y ellos a mí. Cuando por fin llegó el momento de recibir su correo, mi corazón se infló de felicidad, leía una y otra vez cada palabra y la atesoraba en lo más profundo de mi corazón.
Así pasaron seis meses, tratando de ser puntuales en nuestros correos, en nuestras "citas" donde podíamos intercambiar algunas palabras y luego solo darnos un corto adiós. Con el pasó del tiempo, la comunicación empezó a decaer hasta que los mensajes ya no eran especiales, hasta que sus palabras se sentían distantes y, muy en lo profundo, sabía que su corazón ya no estaba conmigo.
No quise meter a mis padres ni a los de él en la decisión que se veía venir. Con un dolor que nunca antes había sentido, empecé a empacar mis cosas poco a poco, dejé todo lo que me recordaba a ambos tal y como estaba en la casa ya que aún tenía la esperanza que las cosas se solucionaran a su regreso.
Al año de su ausencia, terminé por cambiarme de hogar, de ciudad y de vida. Todavía no tenía el valor necesarios para decirle a Jin que todo ya había acabado pero no podía alargarlo más.
Fue una noche, también era junio, le envié entre lágrimas un inmenso correo explicándole porqué todo acababa. Estaba destruido, sentía que en ese mismo momento podía morir. Me respondió a la semana con un solo "lo entiendo". No volví a saber de él desde ese entonces.
Ahora que lo pienso, creo que no pude hundirme y estar consciente de mi depresión por tanto trabajo que tenía.
A todo esto, olvidé presentarme. Soy Kim KiBum, Audrey en el mundo del modelaje. Un joven de 24 años que hace seis meses acaba de terminar con su prometido.
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Ágape
FanfictionEs el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado.