Capítulo III: Todo cambió.

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Estamos subiendo por el ascensor y en estos momentos solo quiero salir corriendo no puedo creer lo que voy a hacer, el Ruso no para de mirarme y eso me pone más nerviosa.

- ¿Mariett, fue que dijiste que te llamabas?

- Ammm... sí– no puedo ni hablar bien, tengo mucho miedo-.

- Bueno Mariett prepárate para la mejor de tus noches- que asco ¿La mejor?, esta sería la peor noche de mi vida junto a este cerdo-.

En ese momento se abren las puertas de ascensor y el Ruso me toma, y me arrastra por ese enorme pasillo hasta una puerta, luego la abre, lo primero que veo es una hermosa y gigante cama, el Ruso tira la puerta y toma mi mano con fuerza me tira en la cama, y comienza a besarme y a tocarme.

En ese momento se abren las puertas de ascensor y el Ruso me toma, y me arrastra por ese enorme pasillo hasta una puerta, luego la abre, lo primero que veo es una hermosa y gigante cama, el Ruso tira la puerta y toma mi mano con fuerza me tira en ...

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-¡Para, por favor!- es lo único que puedo decir del gran nudo que tengo en la garganta-.

- ¡Cállate y disfruta niña!- no puedo dejar de llorar en este momento-.

Éste comienza quitarme la ropa y tocarme con sus asquerosas manos, yo intento detenerlo pero no puedo él es muy fuerte. En ese momento se me ocurre patear su entre pierna y lo hago.

- Maldita – es lo que dice el Ruso retorciéndose del dolor, pero no me suelta en ningún momento-.

- ¡Suéltame estúpido!- intento forcejear con este pero lo único que logro es que este me agarre con más fuerza-.

- Eso nunca.

Ese estúpido se vuelve a poner sobre mí y retoma su trabajo mientras que yo solo me remuevo en la cama tratando de soltarme. En eso momento se escucha como la puerta se abre y produce un gran estruendo, el Ruso rápidamente se pone de pie e intenta buscar su arma pero no lo logra ya que alguien que no logro ver su rostro lo sujeta con fuerza y luego lo tira contra la pared para luego volver a sujetarlo.

- ¿Qué es lo que quieres?- le dice el Ruso al desconocido éste ni siquiera se molesta en contestar.

Yo no sé qué hacer entonces decido recoger mi ropa y ponérmela rápidamente, cuando termino de vestirme entran dos hombres más a la habitación uno de ellos se me queda viendo y le dice al Ruso.

- Es que tu no cambias, mírala y solo una niña- yo me quedo completamente quieta, quiero salir corriendo pero creo que si lo hago me mataran-.

-¿Una niña? ¿Es que acaso no observas su cuerpo?-Marco coloca los ojos en blanco-. ¿Qué es lo que quieres Marco?

- Cobrarme por todo lo que me debes- y ese momento saca un arma y le dispara sin más en la cabeza, yo quedo en shock, no puedo creer lo que acaba de pasar.

Luego ese tal Marcos se acerca y le dice algo a uno de sus amigos matones y no logro escuchar, ya que habla muy bajito, entonces uno de ellos se acerca a mí, yo intente correr pero para mi suerte este fue más rápido y me tomo por el brazo.

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