ㅡmaki ;

louvre

Porque el chico de cabellos negros amaba acurrucarse en el pecho del mayor, quien con su respiración movía su cuerpo creando un compás que lograba que Jihoon dormitara tranquilamente durante esa fría tarde, donde ambos cuerpos se enredaban en un sin fin de miembros y sábanas debajo de ese viejo acolchado.

Seungcheol acariciaba la cabeza del menor con parsimonia y amor, sus ojos grandes y profundos observaban con tranquilidad el blanco rostro que tanto amaba, viajaba por sus lunares y unía las escasas constelaciones que formaban así el cielo que los acogía.

Jihoon se movió sobre el pecho de su amado y lo miro con los ojos aún medio cerrados y una perezosa sonrisa que iluminó toda la desordenada habitación.

Seungcheol sintió que se enamoraba una vez más.

"cheol, ¿sabes que nunca me iré verdad?"

Seungcheol sonrió mostrando su adorable y rectangular sonrisa.

"lo sé, aún así, aunque te moleste, déjame observar tu precioso rostro a todas horas"

Las mejillas del pelinegro se encendieron en rosa suave.

"¿Tanto adoras mirarme?"

"El día que comprendas que eres el ser mas maravilloso en este planeta, el día que te des cuenta que eres la mas hermosa de las obras de arte, será el día que comprendas lo mucho que necesito guardarte en mis retinas toda mi vida"

Jihoon se acomodó sobre Cheol y lo miro a los ojos acomodando el cabello negro que caía sobre la frente de este.

Dejó un beso en su nariz y sonrió.

"Lo que sucede mi amor, es que ese ser del que hablas y esa obra de arte que tanto adoras, no es nadie más que la persona que amo, no es nadie mas que tú"

La luz cálida entraba por las ventanas bañando los cuerpos de la pareja que con las sábanas blancas y el amor que desprendían uno por el otro, creaban así, las mas hermosa muestra de arte.