TRES: EL BERG

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Sin darse cuenta, Thomas había caído dormido en su asiento. Cuando despertó un hilillo de saliva escurría por su barbilla, lo limpió con la manga de su chaqueta y frotó sus ojos.

Había pasado ya un rato desde que Minho apareció y Newt seguía aún inconsciente sobre su asiento. Su amigo coreano dormía tranquilamente a su lado roncando con la boca tan abierta que un Penitente habría cabido en ella sin problema.

Al llegar al hangar Thomas ,con ayuda de Minho, levantó a Newt de su asiento y lo trasladaron hacia el Berg. Lo pusieron sobre un sofá en el área común intentando que estuviera lo más cómodo posible y seguido a esto ayudaron a los otros miembros del Brazo Derecho a inspeccionar la nave. Se mantuvieron en silencio.

La mujer que había viajado con ellos era la piloto de la nave, mientras encendía los motores, Lawrence desapareció. Thomas se dirigió junto con Minho a otro sofá a un lado de Newt y se dedicaron a mirar hacia el techo sumidos en sus pensamientos.

Irían directo hacia CRUEL por su propia voluntad después de haberse librado de ellos, pero si quería salvar a Newt, debía regresar con mayor razón. Se entregaría y si tenía que morir para que obtuvieran una cura, lo haría sin dudar.

Recordaba a Chuck tratando de respirar mientras agonizaba y ahora Newt gritándole con una locura salvaje (Las partes subrayadas son originales del libro). Toda su vida esos instantes estarían presentes en su cabeza y lo seguirían hasta la tumba.

—Hey, se lo que piensas— le dijo Minho sacándolo de sus pensamientos— Borra esa imágenes de tu mente o te volverás loco. Entiendo que estés asustado, no dejaremos que nadie más muera, ¿bien?

Thomas asintió, sin embargo un amargo sabor le llenó la boca al pensar qué tal vez él sí moriría. Cerró los ojos intentando relajarse y de nuevo el sueño le llegó.

Minho lo despertó.
—Lawrence ha dicho que llegaremos en un rato más, van a dejarnos y se irán. Tendremos que llevar a Newt alzado— le informó.
— De acuerdo— respondió Thomas y se levantó para luego estirarse— ¿Cuánto caminaremos?
— Solo algunos kilómetros, no nos toparemos con muchos Cranks, es una zona demasiado fría para su gusto— respondió el coreano y luego señaló hacia otro lugar de la nave— Ahí hay un par de abrigos y mochilas, tenemos agua y comida.

Thomas estaba a punto de responder cuando un golpe seco se escuchó detrás de ellos seguido de un gruñido. Newt había despertado. Aún estaba atado, pero se retorcía provocando que momentos antes cayera del sofá donde se encontraba.

Trataba de liberarse de las cuerdas que lo detenían de una manera tan feroz, que a Thomas se le estrujó el corazón.

—¡Rápido! Sostenlo mientras busco algo para calmarlo— ordenó Minho a Thomas. Éste último hizo caso a lo que le decía y trató de mantener a Newt pegado al suelo sin que se moviera mucho.

—¿Qué demonios?— exclamó Lawrence mientras aparecía delante de ellos.

—¡Ayúdame!— rugió Thomas, ya que comenzaba a cansarse del constante forcejeo de Newt. Además algunas lágrimas se le habían escapado al ver como su amigo rubio le lanzaba mordidas al aire. Lo estaban perdiendo.

Lawrence se acercó rápidamente y se puso en el suelo ayudando a Thomas.
—Sabía que no era buena idea traer a este muchacho— masculló el hombre casi en un susurro, ganándose una mirada asesina.

—¡Encontré algo!— gritó Minho y se acercó rápidamente— Apártense— ordenó.

Ambos se hicieron a un lado esperando ver lo que Minho haría para ayudar a Newt.
— Lo siento amigo— susurró e hizo chocar una placa de metal contra la cabeza del rubio. Éste de inmediato cayó inconsciente por segunda vez en ese día y dejó de forcejear.

—¿Qué pasa contigo?— gruñó Thomas desconcertado— ¿Ese era tu plan para calmarlo?

—¿Se te hubiera ocurrido una mejor idea, cerebrito?— le contestó con una ceja alzada.

—Yo creo que fue una buena estrategia— dijo Lawrence y Thomas rodó los ojos— Cambiando de tema, tienen que partir ahora.

—Lo entiendo.
—Les haré una pregunta.
—Claro.
— ¿Están seguros de querer hacer esto?— preguntó el hombre mientras frotaba su sien derecha.

— Viste a nuestro amigo, necesitamos hacerlo por él— dijo Minho señalando a Newt.
— No sé si son los chicos más valientes que conocí o están completamente chiflados.

—Supongo que son ambas— sonrió Minho.
— Bueno, hay que irnos— dijo Thomas y se fueron por sus cosas.

El Berg se inclinó al momento que Thomas, Minho y un Newt inconsciente, alzado por sus amigos, bajaron por la escotilla.

<<Aquí vamos>> pensó al momento que el aire fresco del exterior le golpeaba la cara. Tendrían que saltar sobre el claro de un bosque con pinos congelados. La nave descendió un poco más y se prepararon.

Buena suerte, muchachos— exclamó Lawrence— Les diría que se cuidarán pero no son tontos, de modo que no lo haré.
Thomas le sonrió esperando recibir otra sonrisa a cambio, pero no llegó.

—Bueno, cuando entre solo necesito colocar el dispositivo, ¿no?— Lawrence asintió.

—Cuando bajen vayan hacia allá— dijo apuntando hacia el término del bosque.

Primero bajaron a Newt, luego siguió Minho y finalmente Thomas, los tres cayeron sobre una capa de nieve blanda.
Luego tomaron a Newt entre los dos y caminaron hacia su destino.

Si Newt no hubiera muerto ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora