Act 04

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° Terror ascendente °

Era una tarde normal de un día viernes.
Ñoñostacio había sido invitado a la casa para jugar Smash Bros. El ñoño tocó la puerta y el uniceja lo invitó a pasar, obviamente él de lente había traído su propio control.

-Bien, Ñoñostacio, vamos a jugar Smashini. - Dijo Negas con un tono más alegre del habitual mientras se encaminaba hasta a la sala.

Pinchimono estaba sentado en el suelo con su control en manos, esperando a que Negas y el invitado llegaran para comenzar la lucha encarnizada. Negas se sentó en el sofá y Ñoñostacio también, los tres tomaron sus controles, eligieron a sus respectivos monos y se dieron unas verguizas cabronas en el Smash.

-¡TOMEN! -Gritaba Pinchimono presionando los botones lo más rápido que sus dedos le permitían- ¡SE VAN A MORIR, CABRONES!

-Ya cállate. -Dijo Negas mientras una gota de sudor fría caía por un costado de su rostro.

Negas tenía 123% de daño -una obvia razón por la cual estaba frustrado- Pinchimono solo tenía un 53% y Ñoñostacio 68%.

-¡Ataque masivo de golpes! -Exclamó el ente presionando los botones aún más rápido que antes.

El Meta Knight de Pinchimono mandó a volar al Link de Ñoñostacio de un solo golpe, sacándolo de la arena e hizo lo mismo con el personaje de Negas.

-¡Yo gano! -Festejó Pinchimono lanzando el control al aire e imitando el baile del pescadito felíz -Soy el más chingón.

-Presionas los botones como si estuvieras al borde de un ataque. - Comentó Negas algo indignado- ¿Como haces eso?

-Sí, cuéntanos tu secreto, maestro Pinchimono. -Dijo Ñoñostacio.

-¡NO! ¡Nunca! ¡No! -Respondió Pinchimono- ¡Jamás se los revelaré!

-Bueno -Dijo el uniceja poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta-, Por motivos muy misteriosos, tengo que salir. Así que ustedes sigan jugando o hagan otra pendejada. Nos vemos nenes.

Negas tomó las llaves del auto y salió de la casa lo más rápido que pudo, dejando a Ñoñostacio y a Pinchimono algo desconcertados, ambos sujetos se miraron el uno al otro y después observaron la puerta por dónde Negas se había marchado.

Ñoñostacio sacó una libreta del bolsillo de su bata para abrir en una página nueva y a hacer trazos y algunas anotaciones. Al pasar varios minutos se puso de pie y fue a sentarse al comedor donde podía escribir bien. El ser de sangre oscura se escabulló sigilosamente por la sala hasta llegar a dónde Ñoñostacio estaba sentado, solo le dió un pequeño vistazo a aquello que estaba en la hoja del cuaderno.

No eran más que simples palabras e infinidad de párrafos escritos en tinta oscura, habían ciertos cuadros con números y con cosas que para su entendimiento no tenían sentido alguno, por lo que decidió restarle importancia y se giró dispuesto a marcharse a su habitación.

-Pinchimono. -Llamó Ñoñostacio seriamente, no era algo habitual en él.

Mono se detuvo al escucharlo y volteó a verlo. Ñoñostacio continuaba escribiendo en la libreta, el ente solo se limitó a volver con el nuevamente.

-Me gustaría hacerte una pregunta. -Dijo el ñoño deteniendo su redacción y alzando su mirada para observar al saco de sangre- En realidad, es una incógnita que he tenido desde hacía bastante tiempo... -Ñoñostacio hizo una pequeña pausa y cambió a una nueva página, preparando su pluma para escribir- Dime ¿Tú que eres exactamente?

Pinchimono se quedó pensativo unos segundos, analizando y meditando acerca de lo que estaba a punto de decir.

-Se supone que yo soy una especie de parásito creado con la sangre y las emociones negativas de Negas. -Respondió con un tono serio pero más calmado que el habitual.

Hubo un breve silencio, en el que solo se escuchaba la pluma sindo arrastrada sobre el papel. El ente a estas alturas se sentía algo extrañado debido al asunto, le sería más simple ignorarlo y marcharse a su habitación como tenía pensado hacer en un comienzo, pero la curiosidad le ganaba.

-Entonces, Negas es una especie de padre para ti. -Dedujo Ñoñostacio sutilmente dejando de lado los apuntoa.

-Pues si, aunque ¿Por qué estás haciendo-

-Pinchimono, disculpa que interrumpa, -Dijo el de lentes poniéndose de pie, aproximándose un poco a su dirección- Debido a las circunstancias me veo tentado a preguntarte algo más que desde hacía tiempo me intrigaba.

Ahora la curiosidad del mono había crecido aún mas, así que asintió levemente, como señal de que continuara.

-Pinchimono... ¿Que pasaría si Negas comenzara a ser felíz? -Interrogó con un tono más frío.

Aquella pregunta petrificó al ente en lo más profundo de su ser, el nunca en su existencia se había hecho esa pregunta a sí mismo y nunca se imaginó que se la harían. El sólo tragó saliva y volvió a dirigirle la mirada al de lentes.

-. . . Ni idea. -Respondió Pinchimono totalmente convencido de que estaba siendo honesto tanto consigo mismo que con Ñoñostacio.

El ñoño lo miró con una expresión neutral. Volvió a su lugar en la mesa para hacer nuevas anotaciones. Ahora arrastraba la pluma con rigidez, asimilando su letra a la de un doctor. Pinchimono podía escuchar con claridad como se hacía cada trazo y aquél detalle lo desesperaba aún más.

-Oye, Pinchimono... ¿Estás seguro de tu respuesta? -Cuestionó Ñoñostacio cerrando la libreta y mirando ahora de reojo a la criatura.

Pinchimono abrió los ojos exaltado e instintivamente salió disparado como una bala lo más lejos que pudo del lugar, dejando a Ñoñostacio solo en el comedor. Él simplemente se limitó a observar la dirección en la que el ente sanguinario había huido para acto seguido recoger su libreta y su control.

-Espero y no te ocurra nada. -Dijo Ñoñostacio seriamente dirigiéndose a la salida del lugar- Es una pena no haber conseguido nada más para mi investigación. . . pero bien, creo que es momento de que me marche.




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