Letters to Juliet 【KAICHEN】

Capitulo 20

JongIn PoV

-Buenos días, JongIn.

-Buenos días, señora Kim

-¿Qué necesitas?

-En realidad estoy buscando a JongDae, ¿Lo ha visto?

-Por supuesto que lo he visto.

-...

-...

-Y bien, ¿Dónde está?

-En su habitación, claro.-Dijo señalándome la puerta a lado de ella.

-Bueno, gracias.-Dije inseguro. Camino a paso rápido tocando dos veces, al no escuchar respuesta abro la puerta, encontrándome con algo que puede que no haya necesitado ver, quizás algo que no quería ver.

JongDae, con Hannah en los brazos cubiertos solamente con una sábana blanca. Sentí mi interior romperse en pedazos. Me tragué todas las palabras y cerré la puerta de golpe, quizás asustando a las personas que estaban allí dentro pero eso ahora no me importaba.

-Paso la noche con Hannah.-Me dice su madre con una sonrisa, que se le borra al decir sus siguientes palabras.-Ahora entiendes que JongDae la ama. Ellos se van a casar y tú no estás en ninguna de las partes de ese plan.-Trago el nudo en la garganta y me aguanto las lágrimas que están a punto de correr por mis mejillas. Corro hasta el ascensor y bajo tan pronto puedo.

Se acostaron.

¿Cómo podía haber sido tan estúpido? Ellos estaban ahí manoseándose, besándose o comiéndose lo que fuese el tipo de acción que realizasen sus bocas y lo peor del caso es que yo le creí, le creí a él; sabía que las cosas estaban mal desde un principio, que tal vez... que tal vez nosotros nunca estaríamos en una buena manera, pero por un minuto tuve la ilusión de que solo fueran ideas estúpidas y ahora me encontraba a JongDae completamente desnudo en una cama con Hannah a su lado, ¿Qué otra cosa podría significar?

Pasan muchas ideas por mi cabeza acerca de cómo reaccionar ante lo que mis ojos habían visto, pero ninguno de mis músculos puede moverse, estoy paralizado y aturdido.

¿Cómo alguien al que le entregaste tanto pudo haber mandado todo a la basura en tan poco tiempo?

Me pateo mentalmente al pensar que yo había hecho lo mismo con Sehun, y aquí estaba, sufriendo exactamente lo que él me había advertido.

Llevo puesto el anillo que JongDae me había dado el día que me pidió matrimonio, no puedo pensar con claridad y lo arranco con todas mis fuerzas de mi mano al mismo tiempo que una lagrima amarga de tristeza recorre mi mejilla.

Eran esos momentos donde lo único que quería era hacerme más pequeño, para que el dolor se redujera.

De algún modo yo esperaba que esto ocurriese, desde el principio las cosas estaban mal, yo era el malo del cuento, ni siquiera había nada de qué quejarme porque fui yo el que se había metido con ellos, había roto algo sobre lo que no tenía ningún derecho.

Pero pensé que me quería, tenía esperanza.

El problema no era sentirse como una mierda, el problema es cuando alguien más te hace sentir como una mierda, cuando alguien te rompe el corazón sin importar cuanto de él haya dentro, el problema es cuando ya no importa nada, el problema es cuando tú ya no eres nada.

Tomo el anillo por un minuto en mis manos tratando de resolver que era lo más sano para mí. Pero no pude, no pude porque JongDae podía hacerme el daño que quisiera y yo lo seguiría amando, y ahí, ahí estaba el problema.