1. Nada en especial.

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Narra Diana

Suena el despertador a las 7:30. Supuestamente debería de haberme levantado a las 7:00, pero media hora más no mata a nadie ¿no? Bueno, con esta ya van 3 veces que voy a llegar tarde y me va a caer una buena... En realidad, la verdadera pregunta es ¿me importa? ¿realmente quiero seguir con esto? No lo se, ahora solo pienso en que tengo que tomarme rápido esta tostada o si no me quedaré sin desayunar como las otras veces... Corro a la parada de autobús donde solo encuentro a personas igual que yo, ocupadas con sus pensamientos , con expresión de preocupación por no querer llegar tarde o por el simple hecho de no conocer a las personas con las que se va a montar en el mismo vehículo para ir a su lugar de trabajo.

Saco el movil y lo miro de arriba a abajo: 0 notificaciones, 0 mensajes 0 llamadas... 0 todo lo que veo es 0, excepto que alguien a quien no conozco de nada quiere ser mi amigo en facebook, no permitir.

Miro el reloj, las 7:50. El viaje del autobús desde mi piso al área de trabajo son unos 20 minutos y llevo desde menos cuarto, y aun que parezca increible no estoy nerviosa, ni preocupada, nada. Parece como que no tuviera sentimientos dentro de mi. Nada. Vacio y nada más.

Miro a mi alrededor mientras en mi cabeza no deja de sonar Bad Day no sé de quien, siempre me ha gustado la canción pero nunca he sabido de quien era.

Llego a mi destino, las 8:05. Llego 5 minutos tarde pero bueno. Llevo tiempo con este sentimiento de amargura, pero nunca le había hecho mucho caso hasta ahora.

La puerta está abierta y Clara sentada en su silla lista para recibir a cualquiera que wntre como cualquier secretaria.

-Bienbeni... Ah, Diana eres tu.- me dice Carla mientras se sienta y vuelve a poner esa cara vinagre de siempre que quita cuando alguien viene.

-Veo que te alegras de verme.- contesto burlona

-Llegas tarde ¿lo sabes?

-Si tranquila, lo sé. ¿Algo en especial?

-No, nada, pero te ha llegado correo.

-¿A mi?-pregunté extrañada

-Si a ti, como si te serprendiera no tener familia

-¿Es que lo has abierto?

-Si. No sabía de quien era y lo he abierto. ¿algún problema?

-Y has sabido que era mío por que lo ponia en la carta. Dime una cosa ¿la has leido entera?

-Si. ¿pasa algo?- La cara que se me quedó fue de sorpresa, extrañeza y logico, sabía lo descarada que era Carla, y no me sorprendió demasiado la verdad.

-Oye- me llamó Carla- ¿A dónde vas? Quiero oir yo también la carta.

-Pero si ya la has leido qué más te da.

-Pero no es lo mismo leer que te la lean.- Entonces me senté en uno de los grandes sofas de la pequeña recepción blanca y negra de composición moderna y abstracta en la que nos encontrábamos.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2014 ⏰

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