Entre la arena y el mar

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Un pequeño rubio camina tambaleandose, rojo y en pleno celo.

Se acababa de perder.

Juraba conocer todo Hawaii como la palma de su mano, pero ahora no sabia ni donde estaba.

Era una playa que parecía desierta, no veía casonas cerca.

Sus piernas no daban para más.

Se tiro y retorcio en la arena, necesitaba ser poseído, era su primer celo y perdia la cordura.

Unas horas antes...

Mamá! Voy a salir de paseo! - grito Leopold "Butters", un joven omega hawaiiano, de solo 15 años, que aún no tenia su primer celo.

Su madre, algo preocupada, le dijo - Hijo...mejor quedate, tengo un mal presentimiento...

Butters tomo de las manos a su madre y le sonrió - Voy a estar bien! Te lo prometo! He nacido en Hawaii y no hay lugar que no conozca!

La madre suspiro y sonrió temerosa - Okay...pero solo por seguridad, lleva esto - dijo dándole un inhibidor en la palma de su mano.

Butters levanto una ceja en forma de disgusto, y se lo devolvió - No lo necesito! Voy a estar bien! Ya verás!

Antes de que la madre del menor dijera algo, este corrió alejandose de su seguridad.

Camino mientras curioseaba distraído.

Dejaba en su caminar, pequeñas huellas de arena, iba encontrando se con amigos de sus padres y los saludaba y una que otra vez paraba para conversar con ellos.

Las señoras del lugar cuchicheaban diciendo - No puedo creer que sea un omega!

Y los señores, le daban palmadas en los hombros mientras decían - Hombre! Que tu no eres ningún omega!

Butters se sentía orgulloso con eso.

Aunque era un orgullo falso, porque sus padres ya le habían hecho mas de 5 pruebas, que confirmaban que era omega.

Pero Butters se la creía y iba tranquilo y sin preocupaciones por "su isla".

Ya se alejaba de las zonas conocidas para pasar por lugares que no había explorado tanto.

Seguía caminando silbando y despreocupado de nada, hasta que una niña tomo de su mano.

Butters paro en seco y volteo su cabeza.

Miro a la niña con curiosidad y se puso a su estatura para hablarle - Que pasa pequeña? - dijo con una voz dulce, que era una cualidad muy especial de el.

Me he perdido...me podrías llevar a esa dirección - dijo llorosa, señalando con su dedo un lugar alejado.

El pequeño Butters, que era muy inocente y bondadoso, acepto tomando le de la mano suavemente.

Fueron caminando y conociendo se, aquella niña se llamaba Karen, y tenia 6 años.

Le hablaba de su hermano Kenny, que era su ángel guardian, pero que estaba de excursión con unos chicos, también se entero que ellos no eran de hay, sino de South Park, que quedaba entre montañas heladas y nieve.

Butters escuchaba todo interesado, nunca había visto extranjeros.

Hasta que llegaron a un hotel, donde una chica de pelo negro y boina, al ver a la niña, la cargo.

Dios Karen! Nos tenias muy preocupadas! - dijo mientras llamaba a otra chica llamada Bebe, que corrió para recibirla.

Muchas gracias! Mi nombre es Wendy! Y esta pequeña traviesa se nos había perdido, perdón por las molestias - dijo mientras estrechaba las manos con Butters.

En la playaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora