Protegiéndose

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Se siente como que hay alguien. Fuera que todos pueden ver pero por dentro no hay nada, no hay nadie.

—Me siento de la mierda-mi hermano me miro mal.

—No hables así, señorita tengo que madurar.

Reí un poco y me cubrí —Sal de mi habitación tengo que dormir.

Asintió.

Me sentía extraña tan mal como si mi cuerpo se estuviera consumiendo, no quiero recordar.

Un día puedes hacer con un solo acto que todo se vaya a la mierda.

Me levante sin ganas arrastrando los pies con el delineador corrido pero me importaba poco lo que pensaran sobre mi, llevaba una blusa sin mangas magenta y unos pijamas negros de estrellas.

Salí a comer yo sola ya que quería pensar y me lleve la sorpresa de que no había nadie en las calles, estaba vacío (como tu cerebro) callate conciencia.

Entre al restaurante cerca de mi casa hacia mal clima parece que iba a llover.

Al entrar me senté donde es habitual.

Mi teléfono empezó a sonar y lo saque de mi costado mirándolo el contacto decía "Mamá".

—Hola hija.

—Hola carraspee

—Te llamaba para darte una buena noticia.

—Eso es lo que necesito.

—Habra una fiesta, habrán empresarios y demás Tomas se presentara.

Comenzaron a sonar ambulancias hice corto circuito
¡Error!

—¡No! grite con fuerza.

-¿No que?

—No puedo creerlo dije con falso entusiasmo.

-Debes ir hoy mismo a la casa de Tomas para prepararse

Escuche que colgó.

Deje caer mi celular y me permití deslizarme en el sillón.

No quería, estaría humillandome a mi misma, pero, por otra parte podía ignorarlo.

Me dispuse a comer pensando que diría era su casa, no tenia derecho a protestar voy a dormir en la sala pensé.

Tenia veinte llamadas perdidas de Edén me llego una mas justo ahora y colgué -Estoy harta.

Un chico se sentó junto a mi leyendo el periódico.

Bajo el periódico dejándome ver a un Edén cansado.

—¿Piensas volver a colgar?

—Eso es lo que hice respondí mirándolo mal.

—Eres imposible.

Lo ignore, no tenia que fingir ser cortés cuando lo único que quería era que se fuera.

—Adara—Lo ignore

—Adara insistió

—Tomo mi mano jalandome sin mi permiso me saco del restaurante dirigiéndonos a el área boscosa de atrás.

—Basta me estas jalando muy fuerte,Edén,¡Basta! Duele.

Paro en seco y me dio la espalda,me quede parada esperando algo pero sólo hubo silencio sepulcral.

—Adara estaba preocupado.
No contestar, es tan infantil giro mirándome.

—Si, Mcmaduro, y sacar a alguien a la fuerza si lo es, hazme un favor y desaparece.

Ahogándome en TomásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora