¿Me amas?

¡No puedo más con la duda!

Lo observo, estoy a su lado, él es perfecto, pero las cosas no han ido del todo bien en los últimos días.
Mario sigue dormido y yo me quedo observándolo, pensando si serán la última vez que podré contemplarlo, espero que no sea así, aunque no siempre estamos bien, lo amo con todas mis fuerzas y sin embargo hay algo que me ronda la cabeza todos los días, a cada hora ¡a cada minuto!
Cada que me planteo esta pregunta me pongo ¡tan nerviosa!
¿Me sigue amando?
Lo sigo contemplando, él se mueve y pienso ¿Ya se irá a despertar el amor de mi vida?
Mi pensamiento es interrumpido por un fuerte ruido, al oírlo me quedo helada, pues Mario y yo vivimos solos ¿Se habrá metido alguien a la casa?
El ruido despierta a Mario.

Mario: -¿Oíste eso amor?

Me olvido del ruido, y del miedo ¡Me ha vuelto a llamar amor!
Emocionada y desconcertada, contesto:

-Si amor ¿Qué habrá sido?

Mario: -No sé chiquita, tranquila te amo, y no dejaré que nada te pase.
Después de resolver este problema tenemos que hablar ¿Ok nena?

Yo: -Si baby.

Mario salió rápidamente de la cama y me susurró al oido:

-Todo va a estar bien mi vida.

Y salió de la recámara con un bat por si acaso.
Al los 5 minutos me encontraba ya nerviosa entonces me levanté de la cama, tome la bata y me dirigí a la puerta.

En eso oí un grito:

Mario: -¡Cuidado Isabel!

Pero ya era demasiado tarde, un tipo me tomó por la espalda y cubrió mi boca y mi nariz con un pañuelo impregnado de una sustancia tan fuerte que no supe más de mí y quedé inconsciente.