Capítulo 1: Taquipsiquia.

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Buenas noches, quiero ser breve, así que las N/A están al final. Gracias por leer~

Advertencias: Tal vez tenga errores porque sigo sin beta y es de madrugada, si encuentran OoC me disculpo.

Derechos: Horikoshi kohei, por supuesto

Disfrute su lectura

En ese momento solo pudo pensar en las flores. Ya sean flores que engalanan los jardines o las flores exóticas que sobreviven en lo arduo de las selvas, piensa en ellas: Pese a sus limitaciones crecen, pelean contra otras flores por la luz y por el agua, son como guerreras que luchaban constantemente; y siempre son hermosas, cada una: Atraen las miradas de todos y parecen bailar felices bajo los haces de luz del sol contagiando armonía.

Ella se recuerda a sí misma, siendo una niña pequeña y poniéndose en cuclillas en los jardines de su casa. Los miraba con ternura, tarareando dulcemente mientras pensaba en lo bello que eran sus colores tan vivos e inspira profundo para oler sus fragancias tan aromáticas.

Y mientras recuerda un poco más, se ve a sí misma estirándolas y arrancándolas de un tirón. Emocionada llevaba las flores a su madre pensando en hacerla feliz como ella lo fue cuando las vio, pero se sorprende cuando le ofrece las flores. Le negó con la cabeza para luego agacharse sobre sus pies y estar a su misma altura, le da palmaditas cariñosas en la cabeza con una dulce sonrisa en el rostro:

— Ochako, no está bien que las arranques. si las arrancas, las flores mueren.

—¿Mueren?

— Así es —suspiró con una sonrisa que ella recuerda como la más amable de todas—. Y si mueren las flores, yo me pongo triste.

No sabía siquiera por qué tenía ese flashback, pero no pudo estar más de acuerdo con su madre en ese momento: Así era, las flores con un simple estirón mueren.

Las flores representan todo lo frágil y efímero de esta vida.

Era la imagen que tenía en frente en ese momento, y no pudo sino pensar en la fragilidad de esas flores al ver como se apagaban esos enormes ojos castaños que tenía enfrente. Unos ojos que hacía unos segundos podía jurar eran las más brillantes estrellas del firmamento y que emanaban más vida que cualquier otra persona en el mundo.

Y ahora estaban tan apagados como si se hubiese soplado la última vela que mantenía con luz la habitación donde ella estaba.

Un sencillo Fuuf y ahora estaba a oscuras.

Ochako gritó, gritó con todas las fuerzas que sus pulmones y garganta le permitían. Gritaba, pero extrañamente jamás escuchó tanto silencio en el ambiente. Todos sus sentidos se enfocaron en la pequeña figura del niño que yacía entre sus brazos, y sintió gruesas lágrimas deslizarse por sus mejillas sin poderse contener cuando apreció que el pequeño aflojaba la poca fuerza que mantenía sobre su dedo índice. Y sollozó, apretando su cuerpo inerte contra su pecho, con la misma fuerza de su dolor, y así se mantuvo por unos segundos mientras ignoraba lo que ocurría a su alrededor.

No era para menos, era una pequeña criatura inocente que le había regalado la más amplia de sus sonrisas que reflejaban toda su esperanza y todas sus ilusiones, reflejaba futuro y sueños, y a Uraraka no se le ocurrió que podía sentir tanto dolor por haber traicionado su perfecta sonrisa de luz. Siente la impotencia aplastar sus sueños, con la realidad en frente suyo de la manera más cruel posible.

Ella no había podido hacer nada para proteger esa esperanza.

— Uraraka, levántate —irremediable, imponente, la voz de Bakugou revienta su burbuja y de pronto vuelve a ubicarse, levanta la mirada para mirarlo a los ojos y Bakugou la ve tan rota que decide desviar su mirada porque prefiere ver los escombros que verla directamente (y sentirse leído)—, tenemos muchos problemas que resolver, idiota, levántate.

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⏰ Last updated: May 20, 2018 ⏰

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Mi héroe número uno. [Kacchako]Where stories live. Discover now