Me pregunté si realmente esto estaba pasando, ¿otra vez había desaparecido Kaden? El corazón se me subió a la garganta y la desesperación se hizo presente, empecé a negar con la cabeza como si me rehusara a creer la situación. Me encontraba sola de vuelta en aquella habitación sin salida, en esas cuatro paredes sucias y agobiantes que me limitaban a escapar.
Me levanté del suelo y sentí mis extremidades débiles, estaba exhausta, mareada, y con miedo, mucho miedo. ¿Por qué me estaba pasando esto a mí? Nunca le hice el mal a nadie para merecer tal malestar. Mi nudo en la garganta se apretaba con fuerza y las lágrimas comenzaron a brotar al igual que mis sollozos. No escuchaba nada más que un horrible pitido atormentante. Rabia e incomprensión me hicieron correr hacia la mesa y tirarla al suelo con fuerza, patearla para tratar de romper alguna de sus patas. Mis gritos potentes retumbaban en la solitaria habitación junto con los sonidos de la madera romperse bajo mis pies. Tomé una de las patas y la di contra la puerta cuantas veces la fuerza de mis brazos me lo permitieron, cada golpe conllevaba un grito de dolor, un grito de temor.
Me di cuenta que era en vano, me sentía sin fuerzas, tiré el objeto al suelo y llevé mis manos a la cara con angustia, mi labio inferior no dejaba de temblar y mis ojos ardían. Mis dedos viajaron a mi cabeza tirando de mi cabello, como si quisieran despertarme de una pesadilla. Giré sobre mí misma observando las paredes sucias y agrietadas, se veían tan débiles pero yo lo era aún más, no había nada en ellas, nada podía sacarme de aquí y quien creía podía ayudarme había vuelto a desaparecer. Estaba angustiada entre cuatro paredes que comenzaban a cerrarse.
Traté de calmar mis sollozos para agudizar mi oído, escuchar alguna señal de que se encontraba cerca alguien, aún seguía sin tener idea de en donde me encontraba. Cabía la posiblidad de que alguien hubiese oído mis gritos y acudiera en mi ayuda.
Primero distinguí un silencio abrumador y luego oí un inquietante grito que pareció sonar en todos lados a la vez. Mi piel se erizó y mi respiración se aceleró con violencia. El miedo entró por cada poro de mi piel haciéndome reaccionar y correr contra puerta para que lo que sea se encontrara cerca no pudiera abrirla.
Alguien empezó a hacer temblar el piso con sus pies, ¿estaría corriendo en mi búsqueda? Cerré mis ojos con fuerza y de mantenerme tranquila pero otro grito hizo que quisiera llorar como una niña pequeña al ser molestada. Estiré mi mano para tomar un pedazo de mesa y poder defenderme de cualquier cosa pero, ¿y si era Kaden?
No quería hacerle daño de ninguna manera, era el único que podía ayudarme pero si volvía a tener esas extrañas actitudes no dudaría en estrangularme como las otras veces o incluso querer matarme.
El piso dejó de temblar, no había más gritos, no más corridas y un silencio escalofriante.
La misma sensación de terror me abrazó el pecho cuando la puerta fue golpeada brutalmente haciendo que mi cuerpo saltara en su lugar y yo gritara, aún así me apreté contra la entrada para que no se abriera en un fallido intento de mantenerme a salvo.
La puerta cedió ante una fuerza sobrehumana y yo caí hacia adelante por impulso de la misma abriéndose. Me levanté lo más rápido que pude y al girarme deseé jamás haberlo hecho. Una criatura que parecía ser un hombre tenía su boca abierta respirando de forma exagerada y con sangre mezclada con espuma. Su ropa parecía haber sido desgarrada y sus ojos tenían la pupila completamente dilatada, soltó un grito de desquiciado y comenzó a correr hacia mí como si de un zombie se tratara, pero la velocidad la tenía.
Sólo sé que grité junto con él y alcé el palo de madera para darle de lleno en la cabeza cuando se encontraba a escasos metros de mí. Su extremidad mayor recibió el impacto, sin embargo esta solo se movió hacia un lado, siquiera logré mover a aquel tipo de su lugar unos centímetros.
Como si de una película de terror se tratase el hombre devolvió la cabeza a su lugar con un movimiento seco y tétrico, su boca gruñó como si fuese un perro apunto de morderte y temí por mi vida. Una de sus manos viajó hacia atrás y segundos después la había estampado contra mi rostro, el dolor fue apenas perceptible al lado de la desesperación que tenía. Caí al piso.
Cerré mis ojos esperando que acabara conmigo pero en lugar de eso un chillido de dolor tapó mis oídos e hizo que mis ojos se abrieran de golpe.
Kaden.
Bueno, al menos era su cuerpo el que estaba allí saltando en ese momento sobre la bestia que pensaba matarme. Pero no era él.
Kaden no se encontraba en el mismo estado que el otro tipo en lo absoluto pero tenía las pupilas igual de dilatadas y se había lanzando sobre él como un animal salvaje, hincó los dientes en el cuello haciendo que se retorciera del dolor, la sangre comenzó a brotar y mi estómago se contrajo en una arcada. El contrario intentó quitárselo de encima pero no lo logró, en segundos su cuerpo quedó inmóvil con una expresión de terror plasmada. Sentí mi presión bajar, pronto las cosas daban vueltas y era prácticamente incapaz de mantenerme incorporada, la sangre que se deslizaba por el suelo tenía un olor metálico que me obligó a contener la respiración. Olía a hierro, como si fueran llaves, una cuchara o una tuerca.
Lo que a mí podía constarme la vida, Kaden lo había hecho en segundos, y ahora yo me encontraba petrificada frente a él sin tratar de huir, observando el cuerpo inerte de quien intentó atacarme. Tenía que salir, tenía que escapar de ésta habitación, tragarme el malestar y correr.
Kaden alzó su cabeza lentamente hasta unir su mirada con la mía y mi cuerpo tembló, mis labios se entreabrieron para rogar que no me hiciera nada pero, en su rostro se reflejó el dolor y yo muy en el fondo sabía lo que iba a ocurrir, no podía permitir que esa cosa me encerrara en el cuarto de vuelta. Para cuando yo empecé a correr hacia la puerta Kaden ya había soltado un extraño quejido y se dirigía a la puerta para escapar.
Para suerte mía ambos cruzamos el umbral de la puerta y nos encontrábamos fuera de aquellas cuatro paredes pero ahora, no podía perderlo de vista. Avanzamos por un pasillo y yo estaba totalmente perdida en ese lugar, él corría increíblemente rápido y parecía conocer de memoria el sitio, sin embargo la casa era pequeña.
Todo pasó en segundos, totalmente inesperado, Kaden pareció darse vuelta y movió su brazo para propinar un golpe que no pude esquivar. Su puño dio de lleno en mi nariz y me hizo caer de espaldas al piso, golpeando mi cabeza. El mundo pareció dar vueltas a mí alrededor y los sonidos se mezclaban entre sí, me encontraba tan perdida que ni siquiera podía sentir mi propio cuerpo.
«No puedes perder esta oportunidad de escapar, si él vuelve y te encuentra inconsciente volverá a encererrarte. Levántate y síguelo. ¡Reacciona!»
Le hice caso a mis pensamientos o al menos eso intenté, tomé fuerzas y me impulsé para levantarme. Mis piernas flanquearon pero me obligué a mantenerme de pie, tenía que seguir a Kaden.
Comencé a correr aunque chocara con las paredes, aunque tropezara con mis propios pies y todo se hiciera extremadamente difícil. Podía oir quejidos y golpes dentro de la casa y traté de guiarme, sabía que era él y que no podía ir demasiado lejos.
Conseguí salir del pasillo que parecía ser eterno y llegué al mismo living de la primera vez que desperté aquí, todo estaba igual excepto que ahora podía ver a Kaden contra el sillón tirado en el suelo, quejándose. Sus manos apretaban la cabeza y su rostro reflejaba dolor. Pareció tener un trance donde sus pupilas volvieron a estar normales y su malestar cesó, fue en ese momento en que yo sentí mi mundo caer.
Algo cálido se deslizó por mi boca.
Mis párpados comenzaron a sentirse pesados, mis piernas hormigueaban y lo único que quería era dormir. De repente todo pasó a segundo plano, el lugar donde me encontraba, escapar, incluso Kaden, ahora sólo quería descansar.
—No...—se quejó.
Y yo me desplomé en el suelo.
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POSESIÓN LETAL
Mystery / ThrillerEn la ciudad donde Venus nació y vive, comienza a surgir un extraño temor hacia lo paranormal, las personas se tratan de locas entre sí porque afirman sentir como un insólito ente posee control sobre sus cuerpos. Ella no da mucho interés en los suce...