Regresando a mi vida, puedo decirte que desde que tengo uso de razón, los pocos recuerdos que tengo de mi infancia son el ver a mi familia peleándose y echándose las cosas en cara para luego hacer como si nada nunca hubiera ocurrido y seguir con su vida.
Eso era algo que a menudo me tenía confundida pero no me arriesgaba a preguntarlo por el temor a ser yo la que pague los platos rotos, como en la mayoría de ocasiones sucedía.
Debo de admitir que después de todos los malos tratos que recibí por el simple hecho de que era el modo en el que mis padres se desahogaban conmigo, aprendí a reprimir mis emociones y aceptar cargos y culpas que no me pertenecían.
—Pero Astrid, eras una niña y no merecías lo que pasó—Dirán.
Estoy muy consciente de que no merecía nada de lo que sufrí en mi infancia, no merecía tener ganas de morir cuando apenas tenía 5 años, no fue mi culpa nacer en un hogar donde nadie era capaz de tolerarse.
—Lo bueno es que maduraste pronto y ahora eres más fuerte, eres alguien digno de admirar—Me atrevo a decir que odio esa frase con todo mi ser.
Mira, yo no quise ser más madura, tampoco me interesa ser alguien digna de admirar o peor aún ser fuerte. Lo único que necesitaba en ese momento era vivir mi vida como una niña de 5 años que no se preocupaba sobre si al siguiente día la pesadilla iba a seguir o terminaría.
Nunca le dije nada a mis padres por el temor a ser juzgada por sentirme mal, según ellos mi vida siempre fue palo de rosa, por un lado era bueno porque si mi presencia era una carga, no me imagino como se iban a tomar el que a tan temprana edad ya tuviera indicios de TCA.
— ¿Pero cómo empezaste? ¿No entiendes que eso trae más problemas a tu familia? Deberías estar agradecida porque tienes una familia unida y no vives en la calle— Eran muchos de los comentarios que recibí cuando el resto de la familia se enteró que era bulímica.
Vamos a contestar pregunta por pregunta para no dejarlos con la intriga de como empecé en aquel camino.
Con apenas 5 años la mayoría de mis familiares, por no decir todos... me acomplejaban mucho por mi peso, que estoy subiendo mucho de peso, que debería dejar de comer un poco porque si seguía así probablemente a futuro tendría problemas con la comida, es decir obesidad, etc.
Cada noche esos comentarios llegaban a mi cabeza y me atormentaban ¿Qué es vomitar una noche? Total te excediste mucho comiendo hoy... me decía yo misma.
Esa primera noche se convirtió en un verdadero infierno, ahora cada caloría que ingería me hacía sentir culpable y por esa misma razón devolvía los alimentos.
Mis padres al enterarse obviamente se preocuparon y no dudaron en llevarme a un doctor, este les explicó que mi problema con la comida apenas estaba iniciando, entonces que por esa razón no era necesario el internarme o cosas de ese estilo.
Creo y espero que tu duda quede resuelta...
¿Que si eso traía más problemas a mi familia? Lo sabía perfectamente, pero ¿Cómo le dices a una niña de 5 años que su peso no está bien?Que debería empezar a cuidarse y ver que debe dejar de comer y que no.
Creo que esa duda está más que resuelta, la culpa nunca fue mía, fue de las personas que me orillaron a eso.
¿Agradecer por tener una familia? ¡Dios! Tenía un papá ausente y una madre impulsiva que se desquitaban todos los problemas conmigo, todo porque según ellos yo los entendía de la manera en que mis hermanos no.
Podríamos haber estado bien económica y socialmente, pero te aseguro que emocionalmente jamás.
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UNA MENTIRA DISFRAZADA DE AMOR.
Dla nastolatkówAstrid Blake & Harry Clinton. Ella, una adolescente la cual lastimosamente ha sido criada en un ambiente no muy sano, creyendo que el amor significan golpes , humillaciones y malos tratos, lo que significa una infancia no muy feliz, gran parte de s...