Capítulo único

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Disclaimer: Idolish7 y sus personajes son propiedad de bandai namco online y de Arinacchi-sensei. 

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Fue sentir un latido en su pecho para especular que todo valía la pena. Riku Nanase pensó que no quería nada más, ¿Qué había pasado con su antojo de comer pastel? Se había ido por la borda en el momento en que sus ojitos visualizaron a un chico atendiendo a los clientes de manera radiante, siempre entregando con delicadeza los dulces cálidos que saboreó un millar de veces después del trabajo de sus padres.

Le gustaba lo cálido, y esa sonrisa del chico de cabellos anaranjados fue lo que necesitó para comenzar a perderse con la lentitud de sus cuentos de niños, imaginando un final feliz.

Fue una época complicada tratando de acercarse, ya que parecía amable con todos, y él no quería ser ese "todos", esa generalidad. Él quería estar únicamente a su lado y apoderarse de esa calidez, protegerla, pero ¿qué excusa le presentaría? simplemente se ligaba de su amor a primera risa que le calaba hasta el tuétano.

Por esa sensación se vio obligado a aceptar su eterno amor no correspondido, así como se vio en la obligación de bajar la cabeza cada vez que quisiera ir a la pastelería cuando mamá se lo ofrecía. "Tal vez si dejo de verle, dejaré de quererle eventualmente. Uno no puede estar sujeto a una sonrisa toda la vida" pensaba antes de un día cualquiera, en el que su madre llegó a la casa ligeramente agitada por la lluvia que fuera del hogar, acontecía.

-Riku, el chico de la pastelería preguntó por ti, dijo que hacía tiempo que no ibas por las galletas que solías amar. -Dijo su madre cerrando la puerta, con unas bolsas de los dulces anteriormente mencionados-, toma. -Extendió su mano, y Riku cogió la bolsa dubitativo-, las manda Mitsuki, dijo que no sería mala idea que volvieras a darte unas vueltas por ahí. -Su madre le sonrió, revolviendo sus cabellos-, puedes comenzar a relajarte, es sumamente difícil que salgas electo príncipe. No temas a enamorarte teniendo tu edad, ¡es la luz en primavera! No seas tan cauteloso. -Y aquello le causó un sonrojo.

Su madre, en dos segundos, había logrado deducir todo lo que pasaba por su cabecita revuelta hecha un lío.

Seguía ahí, de pie, con la bolsita de galletas y las rodillas frágiles de la emoción. Con sus mejillas bañadas en un sonrojo nada sutil y una sonrisa más que torcida por su felicidad.

Ese fue el segundo latido anormal de una serie de latidos que iban a llegar, después de todo lo que pasaría.

Al día siguiente, Riku volvió a ir a la pastelería, y en cuánto la campana de viento anunció su llegada, Mitsuki le sonrió radiantemente, y así el sol se vio opacado por tal bella estrella.

Fue un lindo comienzo. Un lindo comienzo con una derivación trágica a algo más dulce; amargo, trágico, porque Riku comenzó a preguntarse el por qué tuvo tan mala suerte.

En un principio, llegar a la casa no debió ser tan malo; un simple acto como inclinarse a recoger una carta del consejo de cuentos de hadas tampoco, "es algo normal, casi a diario nos llegan cartas del consejo informándonos sobre las actuales princesas y príncipes" dijo para sus adentros, mientras se reía dulcemente; Cenicienta era realmente dulce, tenía cierto aura que gritaba "¡amo a los pequeños!", algo que a Riku le causaba ternura, algo que a Riku le gritaba "Mitsuki" por doquier. En un principio... no debió abrir esa carta con el nombre de su madre. No debió leer su nombre bajo el seudónimo de "Blanca nieves", y definitivamente, no debió quedarse tanto tiempo fuera de la puerta, sintiendo como la presión bajaba velozmente por la impotencia, sintiendo sus manos enfriar, mientras su pecho se apretaba y sus ojos se volvían agua de una manera veloz.

[IDOLiSH7] Cuento de niños (RikuMitsu/IoRiku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora