Capítulo único

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Tecleó las últimas palabras y guardó el documento que tanto le había costado hacer. Se estiró levantando sus brazos y moviendo un poco su cuello para ver si el molesto dolor se calmaba.

No funcionó.

Cómo admiraba a Isabella para hacer estos informes toda la vida; y cuánto la admiraba por hacerlos incluso estando embarazada. Que alguien le hiciera un monumento a esa mujer.

Siendo sinceros, Otabek le habría hecho un monumento solo por tener la paciencia de estar casada con Jean. Isabella tenía un lugar ganado en el cielo por todas las cosas que soportaba y encima sin dejar de cargar una sonrisa sincera en su rostro.

Se levantó de su silla, saliendo de sus planes para la estatua de la mujer que pronto tendría que soportar al engendro de Leroy, y se encaminó a su refrigerador. ¡Dios, qué bien le vendría una cerveza en estos momentos! Pero no tenía. Todo su suministro de alcoholes se había acabado la noche que bebió con Plisetsky.

—Ugh... Maldito Yuri.

Y como si fuese Beetlejuice, su puerta sonó anunciando que alguien lo visitaba.

Un poco dudoso y, ¿por qué no decirlo?, temeroso, se acercó hacia la puerta y la abrió, revelando la cabellera rubia que temía encontrar.

—Espeluznante —dijo con sus ojos más abiertos de lo normal.

—¿Qué mierda dijiste?

—No —se apresuró a corregir antes de que el rubio le diera un puñetazo o encontrara mágicamente otra razón para tratarlo de criminal—, no tú, es solo que justamente había pensado en ti y tocaste la puerta.

—¿Por qué estabas pensando en mí?

—Porque te tomaste toda mi cerveza y lo recordé porque quería tomarme una.

—Espeluznante —dijo el rubio esta vez.

—¿Por qué?

El ruso, en vez de contestar, levantó su mano que traía en la espalda y que cargaba un pack de cervezas.

—Esto es una señal del universo, pasa antes de que se desalineen los planetas.

Yuri soltó una risa melodiosa mientras entraba, una risa que Otabek jamás había escuchado.

—¿Qué estabas haciendo? —Preguntó Plisetsky al ver que lo único encendido era la laptop.

—Terminaba un informe sobre los contenidos y unidades que he pasado y evaluado. Y a ti, ¿qué te trae por aquí?

—Mi abuelo y Katya fueron a un paseo al zoológico por un grupo de adultos mayores. Siendo niños y ancianos no debo preocuparme de que coman porquerías o que los descuiden, tienen mucho personal calificado para eso.

—Suena a que lo investigaste —dijo abriendo el pack el kazajo.

—Por supuesto que lo investigué, son los únicos dos seres en mi vida que realmente me importan. Jamás permitiría algo que pudiera provocar que los perdiera.

Otabek notó que Yuri estaba más tenso de lo normal, abrió una botella de cerveza y se la entregó. El ruso, que siempre se mostraba tan fiera, solo vio la botella, la tomó y le dio las gracias al kazajo.

—Creo que un pack de seis no será suficiente. Ponte cómodo, pon música o busca una película, lo que quieras. Yo iré por más alcohol y cosas para comer, ¿de acuerdo? Solo no me robes más pantuflas, por favor.

Sin decir más, el pelinegro tomó su chaqueta de cuero y sus lentes de sol, y salió del departamento. Revisó su teléfono, eran las 14:22 apenas y era sábado. Le dio repelús de solo recordar la noche anterior cuando Felicia le dijo que era un hombre. Tuvo que suprimir una risa al imaginarse a Ackbar de Star Wars gritando "It's a trap!" y el doble significado de esa frase que le parecía muy acorde.

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⏰ Last updated: May 22, 2018 ⏰

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Broken Bottles (Oneshot Otayurio)Where stories live. Discover now