James Potter y la Perla Encantada #JP4

Capítulo 5: La Invitación

El gran comedor estaba lleno de gente tratando de socializar lo mas posible con los nuevos alumnos de intercambio provenientes de Norte América. A James le parecía completamente irritante que todas, incluso Maya, Keila y Lucy, estuvieran encantadas con lo que relataba Jonah. Era completamente desagradable y a James no le agradaba nada de él. Y como reglas de mejores amigos, a Dan tampoco le caía bien.

—Entonces, en Ilvermony, tenemos un águila gigante que es como su Malfoy: nos llama la atención cada vez que hacemos algo mal. Nos agarra por el final de la túnica y nos da un vuelo por los aires del colegio hasta que el niño que este colgando diga que lo lamenta. Al principio, a nuestro director, le pareció un poco peligroso esto, pero al ver que nadie, ni siquiera el cuidador, podía detener al águila de lo que ya tenía practicado, decidió no removerlo. Todos tratamos de portarnos de la mejor manera.

Todas las chicas que escuchaban con atención aquella historia comenzaron a reírse de la manera más falsa de todas. James sabia de que a ellas no les provocaba gracia alguna lo que dijera el tipo acerca de su vida ni nada por el estilo. A ellas solo les atraía su físico.

—¿Tú también, pelirroja? —preguntó sorprendido James sentándose junto a Maya en la mesa. La chica pareció avergonzada por unos segundos, pero luego retomó su color natural—. Si Julián te viera... —susurró esto último por miedo a que su mejor amigo escuchara aquel nombre.

Maya había estado saliendo con el comentarista de Quidditch de Hogwarts: Julián Ramírez, quien era dos o tres años mayor que ella. Obviamente, el hermano de Maya no estaba al tanto de aquella situación, por lo que Maya les había pedido el favor a James y Lucy que mantuvieran la boca cerrada y no dijeran ni una palabra acerca de este tema. Ambos aceptaron, aunque James muere por decirle a Dan para quitarse aquel peso de encima.

James y Dan se sentaron frente a frente, ignorando por completo a las chicas de Gryffindor sentadas junto a ellos muertas por escuchar la historia tan interesante que Jonah tenía que contar.

—Lucy —llamó Jonah a la chica de mechas blancas con una sonrisa en el rostro. Ella, ingenua, suspiró al escuchar como Jonah pronunciaba su nombre—. Me he enterado de que hay un baile de inicio de curso y me preguntaba sí...

En ese microsegundo en el que Jonah dudó acerca de qué es lo que diría ante la hermosa chica, James se apresuró en actuar rápido e interrumpirlo, aunque sea de una manera muy tonta.

—Claro... el Baile de Inicio de Curso —dijo James apresurado ignorando la mirada penetrante de su mejor amiga sobre él—; de seguro no tienes ni idea de que se trata.

—Es un baile, James —lo interrumpe Lucy diciéndole lo obvio que es—, ¿de qué más se va a tratar a parte de bailar? ¿De jugar ajedrez?

El tono sarcástico de su mejor amiga no le gustaba para nada, pero igualmente no quería James que ella fuera al baile de inicio de curso con el chico de intercambio.

—Como decía... Lucy, ¿me harías el honor de ir al baile conmigo?

Todas las chicas le insistieron desesperadamente a Lucy para que aceptara. En ese momento, James retrocedió, mirando nuevamente a Dan. Ambos masticaron su pan mientras observaban como Lucy se moría de ganas de decirle a Jonah que lo adoraba y que amaría ir al baile con él, cosa que a James le daba una repulsión total el hecho de que su mejor amiga fuera con él.

―Me encantaría ir al baile contigo ―responde Lucy. «Como si no lo supiéramos ya ―pensó James―».

El Profesor Potter llamó a todos los estudiantes por lo que Jonah se tuvo que retirar, haciendo que el grupo de chicas enamoradas inmediatamente se disolviera para ir a comentar lo sucedido en cada uno de sus grupos por separado. Lucy se acomodó junto a Dan, pinchando con su tenedor una rodaja de fresa y formando una sonrisa en su rostro.