La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos

El Mar De Los Soles Muertos. I

Capítulo 1: Los Herederos y Los Heraldos.

"El día en que el cielo y el infierno se unan, podrán ser erradicadas las amenazas que hay en la tierra".

Ubicación: Base de operaciones de Wasol Corp, Rantoul, Illinois, EE. UU
Fecha: 19/12/2020 – Horas del dia.
Jackson Blake.

—Me niego —digo al instante de que escucho lo que Charlotte relata acerca de su conversación con Lucifer y la forma en que nos organizó.

—¿Por qué? —me interroga Samuel Wilde —. Su propuesta es bastante solida y equitativa.

—No me importa que sea perfecta y asegure una victoria, el maldito portaestandartes es mío, y soy yo quien se encargará de él.

—Tú eres más indicado para luchar con el líder de la Legión, los demás pueden pelear contra su miembro mas débil, entiéndelo —me dice el general Thompson.

—Puedo pelear contra ambos sin ninguna dificultad —asevero.

—Lo sabemos —me apoya Di Rosseti —, pero eso daría lugar a que la pelea se extienda más de lo querido y pase algo inesperado. Puedes con uno, pero nadie asegura que puedas acabar con los dos con la misma facilidad.

—Entonces que alguien más se quede con Lucifer, no tengo ningún problema.

—No estoy muy de acuerdo con esa estrategia que hicieron, ¿pero en serio eres capaz de arruinarla por una simple venganza?

La voz de Jayden resuena, como siempre, y al oír sus palabras me levanto para verlo de frente.

—Si eres tan fuerte como dices ser, ¿por qué no te encargas de él, y problema resuelto? —esgrimo parándomele al frente.

—Eso haré, para demostrarte que eres una basura —me devuelve.

Y en el momento justo, Ruby y Athena llegan para calmarnos, pero ninguno quiere ceder, por lo que es necesario que Taylor y Bryan las ayuden a separarnos.

Los Herederos del Caos y Los Heraldos estamos en el salón subterráneo de entrenamientos, Di Rosseti nos mandó a venir aquí con algún propósito.

—En fin, ¿para qué se suponía que viniéramos? Aparte de para escuchar lo que Charlotte ya ha contado.

—Simple, todos ustedes están aquí porque es necesario. Quiero ver qué tan lejos han llegado con su entrenamiento y nadie saldrá hasta que quede claro cómo vamos a pelear la guerra que se nos viene encima —responde el italiano.

Los miembros de ambos escuadrones: Charlotte, Athena, Ruby, Taylor, Meseret y yo; Neithan, James, Vladimir, Sara, Savannah y Klaus. Los personajes prominentes: Jayden, Bryan, el general, Samuel, el presidente y el más reciente conocido, el cazador de demonios, Hansel Black. Todos estamos aquí.

El general baja de las gradas y se posiciona frente a nosotros, observándonos con seriedad. Se aclara la garganta.

—Klaus y Meseret, al frente —ordena él con su rasposa voz.

Ambos agentes no entienden el mandato, por lo que deben repetírselo y aclararles que sólo van a hacer una pequeña demostración de poder.

—¿Puedo matarlo? —pregunta Meseret —. Nunca he quemado a un alemán.

—No Meseret, no puedes. No es una pelea.

El etíope no parece inmutarse por aquello.

Ambos van al centro de la sala y se preparan. La dinámica es bastante sencilla, se lanza una moneda para decidir quién irá primero, y es el mismo quien deberá lanzar el primer ataque, mientras el otro se defiende, para después repetir el proceso pero invirtiendo las acciones.