Capitulo 3.

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En cuanto Christian Grey se fue de mi oficina no pude evitar soltarme a llorar de la rabia tan inmensa que sentía, ¿Qué se creía? Era un estúpido que sí veía una escoba con faldas sería capaz de echar un polvo con ella. Era un jodido idiota que creía que todo giraba en torno a él.

En el momento en que Boyce me vio, empezó a cuestionarme sobre que ocurrió, ya que se topó con Grey en el elevador, a grandes rasgos le conté lo que había ocurrido y me dijo la tontería más estúpida que pude escuchar en mi primo. Christian-Idiota-Grey, no podía estar celoso de Rodriguez o... ¿Sí? Eran estupideces de mi primo, sin duda, Boyce pensaba con cualquier cosa menos con la cabeza, además era hombre...

Al llegar a casa de mis padres, evité a toda costa hablar con mi madre ya que haría que le confesará mi semblante... ¿Decaído? Era estúpido ponerme así por causa de Christian, pero era inevitable, ¿Con qué derecho cuestionaba mi forma de actuar, mis decisiones ante mis negocios? Era un idiota, y eso lo tenía clarísimo.

Más tarde mi madre me avisó que ya estaba los invitados, tuve que entrar a mi baño para refrescarme un poco, parecía que todo lo que dijo Christian me afectó más de lo debido ya que me sentía irritada. Aún sentía la impotencia y el dolor que me causaron sus palabras.

Cuando vi que estaban Carrick y Grace le rogué a Dios que Christian no estuviera pero como siempre no tuve suerte, y ahí estaba el, no entendía como Grace había criado a un hijo así, siendo ella tan cariñosa y amorosa con todos. Y Carrick, siendo todo un caballero que seguramente le enseño como tratar a una mujer. Christian salió tan bestia. Él no había aprendido nada de sus padres y era una lástima.

Por su culpa tuve una pequeña discusión con mi padre sobre el contrato que tendriamos en comun christian y yo, todavia no entiendo qué tenía de especial ese contrato, sí todo en las empresas iba bien. La gota que derramó el vaso fue cuando Grey empezó a reclamarme y a pedirme explicaciones sobre Rodriguez, ¿Acaso Christian Grey se creía mi dueño? Jose sólo trataba ser amable y por eso marcó para saber como estaba, para que tuviera registrado su número y comunicarme que al día siguiente iría a mi oficina.

Y lo peor de todo fue cuando Christian se despidió y rozó sus labios con los míos, fue un toque inocente pero que me dejó con los labios palpitantes por algo más, no estaba segura de qué, y cuando me pidió que habláramos en privado, acepté sin dudarlo ¿Por qué? No lo sé, pero era algo que muy en el fondo deseaba, mi cuerpo añoraba su cercanía, su toque, el contacto cuerpo a cuerpo que tuvimos esa misma tarde antes de que soltará su veneno.

Entonces cuando estuvimos solos, en el estudio de mi padre todo cambio, toda aquella altanería y frialdad que siempre demostraba se fue... y empezó a besarme de una forma única, en mis veinticuatro años de vida jamás me habían besado así, con tanta pasión, con tanto fervor, su cuerpo pegado al mío, su respiración tan descontrolada como la mía, su erección tan evidente, que por poco me hace perder el juicio. Nuestros cuerpos cada vez más calientes, su dulce sabor a vino tinto y su mano en mi nuca, era demasiado. Entonces recordé donde nos encontrábamos y que yo no podía dejarme llevar.

Le planteé una cachetada en su rostro, me dolió... quería permanecer en sus brazos pero yo tenía que darme mi lugar y no ser un polvo de una noche para él. Por lo que me recriminó esa misma tarde, y él me estaba convirtiendo en una más.

—Jamás te atrevas a volverme a tocar —Amenacé

—Eso dices ahora, pero nadie jamás te besará de esa forma —Afirmó. Empecé a carcajearme, él no me ganaría, jamás le daría la razón

—Sueñas Grey, me han besado mejores —Él idiota sonrío de lado

—Te puedo apostar lo que quieras a que no es así —Dijo con cinismo.

love and hateWhere stories live. Discover now