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Estaba tan borracha, pero aún así su pensamiento se consumía en ella, aún cuando las manos de María Jesús se colaban por su ropa y sus labios besaban su cuello, el pensamiento de Ángela le recorría por las venas. Incendiandolo todo.

Casi recuerda su primera vez junto a ella, también Ángela habia incendiado su cuerpo aquella vez, pero de una manera mucho más placentera, y menos amarga.

Matilde y otras farsas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora