6
Pim
Día 1
_¿¡Cuántas veces más tengo que repetírtelo!?_ chilla, encolerizada. Pero es su miedo el que descarga en mi cuerpo. Odio asustarla. Ponerla mal me agobia. Mi cabeza marcha en un espeluznante y veloz reseteo. Cerca de ella cada sensación es un golpe sorpresa.
He pensado irremediablemente en Ana... Esta habilidad para hacerme parte de ella, sólo fue Ana. Pero ella es otra. No es Santín, no es Costa Rica, su actitud está como de Marte de su calidez...
Empero metabolizo el reflejo de aquella energía. Ráfagas casi olvidadas destilan emociones potentes. Sus sensaciones son mías por instantes, como visiones táctiles, sin imágenes. Ahora mismo la absorbo entera, acorralada por mi insistencia...
No me reconozco y sin embargo me he reconectado de golpe. Es todavía más intenso y temo haberme chiflado por completo, mezcla del tiempo y mis excesos. La sombra llena de luz empuja mi ánimo. Me he visto al espejo cien veces para comprobar que sigo siendo el yo de hoy, porque vuelvo a ser el de aquellos días, que piensa y asume, para correr al segundo por las sin razones de este mundo.
Había apaciguado mi obsesión de ir tras ella, los últimos tiempos, pero los sueños intensos y oscuros no me dejaban olvidar. Por Ana intenté con cada partícula de mi instinto y voluntad. Y son de los que se unen en el mismo frente pocas veces dentro de mí.
_No te alcanzaría la vida..._ la observo absorto en su fragilidad encubierta, el temblor de sus labios gruesos y el sube y baja en su pecho de niña que esconde la camiseta holgada. Esos días, esa aptitud protectora vuelve y no en un momento límite.
_No te creo, no te veo... ¡No existes! ¡Déjame en paz!!!
– 246 –
Somebody ́s Watching Me-Radio Edit: Jay Frog, DJ Blackstone: Somebody ́s Watching Me, 2017.
Cruzo los brazos sobre mi pecho, intentando calmar el clima.
_Vine a llevarte a casa_ enfoco sus ojos café, con determinación. Sus ojos. Dos personas no pueden hacer aflorar la misma ofuscación_ ¿También te llamas Ana? ¿Ana Telma, Tema, Ana?_ su expresión se ensombrece. Mis emociones no han podido quedarse quietas.
_¡Sigues con eso! ¡No tengo nada que ver con ese nombre!_ explota, hastiada. Jala el cabello hasta sus ojos_ ¿Una técnica barata para ligar? "Te pareces a Ana"_ dramatiza con tono bobalicón.
_Ligar adolescentes hace tiempo que dejó de ser interesante.
Aprieta los dientes.
_¿Y soportar a vejestorios crees que me divierte?
_Te llevaré a casa._Camino todos los días_ replica, altiva. Es una pequeña atrevida. Sería tan fácil montármela al hombro y subirla al carro... Llevo horas de conocerla. Ella insiste en ello. Yo persisto en que no.
_Puedes llegar más rápido si te subes al carro.
_¡No necesito llegar más rápido!!! ¡Necesito que te esfumes!_ su mirada me desafía. Mis ojos tienen el poder de derretir por estos lares, y esta pequeña... Su fortaleza dopa a su temor.
_¡Yo necesito llevarte!_ ¿alguna vez he necesitado con tanto vigor? Esta ansiedad por tocarla, impermeabilizarla del entorno, con mi mayor esfuerzo parece ser mi motor. No puedo escapar de la sensación obstinada, de mi causalidad. Hasta ayer era uno más, de esos que dejaron de cuestionar, volcado a crear formas en abstracto. Casi un hito de la intrascendencia. Hoy soy parte del engranaje en el gira y gira del universo. Vuelvo con toda esta mierda decadente, al mejor estilo esotérico. Pero la puta energía me obnubila y no puedo escabullirme. Atrapado en los confines sin límites visibles pero más castrantes que la cárcel más segura.
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En El Bosque, Clementina
RomanceAtractivos, exitosos, enamorados. La pareja de oro..., sólo lo parece. Cuando Clementina encuentra a Bosco, a punto de subirse a un avión con su amante, se ve obligada a enfrentar el ocaso del amor, en manos de sus imposibilidades en el sexo. Ella s...