CAPITULO 1: Intoduccion a una vida
Faltaban dos dÍas para mi cumpleaños, cumplía 15 años cuando todo ocurrió. Llegué a casa después de un dia desastroso en el instituto;a Emilia y a sus amigas les había parecido gracioso coger mi agenda y pintarrajearla entera.En el día de mi cumple habían escrito con tinta roja: jugar al solitario solita en mi casa.No era muy popular allí aunque sabía exactamente porque: desde que mi mejor amiga se trasladó a otro instituto me pasaba los recreos en la biblioteca leyendo toda clase de libros.Era y siguo siendo una lectora dedicada y, en ciertos casos,algo obsesa... pero en fin volvamos a lo importante. A la cuatro llegué a casa en Alcobendas, concretamente en Valdelasfuentes en el segundo piso. El ascensor estaba averiado así que tuve que subir las escaleras.
Abrí la puerta, encendí el ordenador (aunque nunca lo utilizaba) y me tumbé en la cama deseando que llegara el fin de semana para reunirme con mis amigos : los mellizos Víctor y Rubén y las hermanas Luna y Aroa. Sabía que en una hora mas o menos tendría a mi hermana Lydia incordiándome así que cogí un ejemplar de Harry Potter y comencé a leer.Utilicemos este tiempo para presentarme, soy Iris Luque , estudiante de 4 ESO, fanática de los libros , altura media, pelo castaño largo y siempre despeinado, algo delgada . Ahora que me conocéis un poco mejor continuemos con lounteresante.
***
Para mi sorpresa , el viernes pasó rápido y al fin llegó la hora de subirse al coche para marchar hacia Navalperal en Ávila, un pueblecito al sur de la provincia. Allí era libre, tenía unos amigos perfectos, una casita perfecta y a su lado un bosque para esconderme cuando me enfadaba.Durante el viaje giré la cabeza para mirar a mi hermana, no había otra cosa que hacer. Me dí cuenta de que había crecido,ya no tenía la misma cara pecosa y el mismo pelo corto castaño, lo tenía más largo y rubio.Sus ojos verdes aún delataban sumente infantil.
Pasada una media hora llegamos al chalet. Sacamos las cosas del cohe y cenamos, todo bastante aburrido. Llegaron Víctor y Rubén y juntos nos pusimos a ver una película. Casi nos la cargamos por hacer palomitas sin permiso, mi hermana insistía demasiado. La película terminó y nos fuimos a la cama.
CAPITULO 2: Un vestido y una disculpa
Al día siguiente me desperté con Pintas en la cabeza. Pintas era mi coballa, grande ,peluda y cuatricolor. Me estaba desperezando cuando me di cuenta de que no había podido salir sola de su jaula.La respuesta no tardó en llegar. A mi derecha alguien gritó tanto que me dejó con un desagradable pitido en los oidos.
-!FELIZ CUMPLEAÑOS¡- gritaron todos a la vez. Una persona del grupo se adelantó.
-Levántate dormilona que hoy te esperan muchas sorpresas- dijo mi madre arrancándome las sábanas calentitas.Le di un repaso a la habitación. Todos estaban allí: los mellizos,mi padre ,mi hermana y otros amigos como Marta y su hermana( prácticamente éramos hermanas, solo nos diferenciaban la altura y el pelo...etc.Mi padre sostenía una bandeja con lo que parecía ser un desayuno apetitoso.
-Vamos tómate el dezayuno y dúchate, los invitados están apunto de venir- dijo con un tono de...¿eso era obligación?. Se dirigió a la multitud- La cumpleañera necesita espabilarse, vamos todos fuera.
Cuándo todos hubieron desalojado mi habitación me tomé el zumo de naranja y las tostadasy me fui a la ducha. Al salir del baño encontréen mi cama un vestido azul marino. Me lo probé y para mi sorpresa me quedaba de cine sus mangas al estilo princesa me hacían los brazos más estilosos. Levaba una nota atada en la manga.
Espero que te guste, es una disculpa adelantada
No había firma pero no le di importancia, seguro que había sido Víctor,uno de los gemelos, me gastaba una broma en cada cumpleaños.Al salir de mi dormitorio encontré a mi hermana al final del pasillo asomada a la puerta observando algo curiosamente. No me detuve a mirar, sabía que a mi hermana le daba vergüenza estar ante los primos de Victor y Ruben, Pedro y A rón. Eran altos , morenos y musculosos, una copia a gran escala de los mellizos.El jardín estaba precioso, el estanque hexagonal brillaba a la luz del sol y se podían distinguir destellos naranjasy rojos en sus oscuras aguas verduzcas. El árbol estaba desnudo aunque no había ninguna hoja en el suelo como si se las hubiera llevado el viento . Nadie creería que estábamos a finales de Noviembre. Se oían ruidos en la Nave, una casa contigua a la nuestra que usábamos para dar fiestas o como casa de invitados. Pasé po la terraza que conectaba ambas casasy crucé la puerta, similar en tamaño y aspecto a la de un monasterio abandonado.
Dentro estaban casi todos los invitados, mis tíos y sus hijos y algunos amigos de la familia.Cuando me vieron entrar comenzaron a felicitarme y a comentar sobre mi vestido.
- O querida que bonito- dijo mi tía Cris apartando a las demás para tocar la tela sedosa.
-¿ Donde lo has comprado?- añadió mi prima Sara con esa voz repelente.
- ¿ Cuanto te ha costado?- preguntó de nuevo mi tía.
Rubén debió de ver la cara que ponía al verme abordada por tantas preguntas sin resolver porque me sacó del tumulto con la excusa de que tenía que probar la paella.
-¿ Que tal estás?-preguntó cuando la multitud se hubo calmado-te veo un poco pálida.
-Estoy bien- contesté- pero no pensaba que causaría tanta emoción, yo me veo igual que siempre.
-Bueno, estás muy guapa-siguió el.
-Gracias , yo creo que con ese traje, tu también lo estás - contesté . Sinceramente estaba guapo, el traje marcaba su vientre plano y sus brazos musculosos
-Rubén se marchó hacia su hermano que seguía sin saber como ponerse la corbata. Se notaba que Rubén era el responsable , el que sacaba buenas notas y Víctor era el espontáneo,el más divertido yel ''malote''. Aún sigo sin comprender cómo la gente no los diferenciaba.Me quedé observando la escena un rato. Víctor era un verdadero desastre atando nudos.
Una mano afable se poso'en mi hombro, un olorcillo a tabaco de mascar se coló por mis orificios nasales . Reconocí al instante al hombre que estaba detrás mío.
-Te pareces mucho a tu abuela- dijo el deprimido .
-Lo sé, me lo dices cada vez que me ves- contesté sin girarme. Mi abuela era una de las mejores mujeres de las que había oído hablar y no digo conocido porque murió cuando yo tenía tres años. Lo único que recuerdo de ella era una tarde soleada en un bosque, era pelirroja y las arrugas comenzaban a aparecer en su rostro.
- Ese vestido se parece mucho a uno que ella se ponía - prosiguió con melancolía como alguien que desea que un difunto vuelva con el.
- ¿De verdad?- . Desde aquel momento en adelante ese vestido sería mi prenda favorita.
- Si , pero no hablemos de cosas tristes, hoy es tu cumpleaños. Toma mi regalo-. Me entregó un sobré atado a un pequeño paquete envuelto en papel de color verde.
- Gracias pero ... Porque no hablamos más de ella por favor- supliqué .Casi mendigaba algo de información .
- Creo que tu madre me ha llamado para servir la sidra , discúlpame y feliz cumpleaños - se excusó y huyó hacia mi madre pidiendo auxilio.Típico de mi familia. Cada vez que insistía para hablar de mi abuela cambiaban rápidamente de tema como si estuviera prohibido. Luego mis tíos me miraban con enfado por sacar el y consolaban a mi abuelo ( la echaba mucho de menos).eso me cabreaba mucho, si me respondieran una vez podría dejar el tema de una vez por todas.
Después de engullir la paella y el postre que teníamos de menú hicimos algunos juegos que había organizado mi primo Eduardo. Al acabar estaba sudada decidí volver a ducharme.Me quité el vestido y lo dejé encima de la mesita del baño con algunas manchas de barro en las mangas.
Me debí de quedar mucho tiempo debajo de la cascada caliente porque María aporreó la puerta gritando que tenía que soplar las velas de la tarta. Salí a regañadientes del baño con una camiseta verde y unos pantalones cortos azules.
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