Capítulo 12: "Y con un beso arreglamos"

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Antes de hacer lo que va destrozarnos  prefiero salvarte y hacerte a ti

Lali
Caminaba con su pantalón verde por la cocina para llegar hasta él sofá y dejar en mis manos el café.

...
-No me mientas ---sonrió---. Si te lo hubiese contado Santiago, no estarías acá diciéndome que tengo razón o abrazándome. Estarías odiándome. Entonces, chiquita linda, decime quién te habló sobre nuestra conversación. Porque... o le pusiste un micrófono a la campera de chetito que tenía tu ex, o Martín te contó todo y vos le creíste a él.

-Ninguna de las dos cosas.

Frunció el ceño confundido y saqué mi celular para poner el audio.

-No me lo contó nadie, Benjamín. Martín lo único que hizo fue mandarme este audio para hacerme reaccionar. Enojarte con él ahora me demostraría a mí molestia por mi humilde visita. Digo humilde porque no traje nada y necesito pedirte algo.

-Soy todo oídos.

-Perdón.

-¿Y perdón por qué?

-Dale, no me hagas sufrir.

-Sos terca como una mula ---se acercó todavía más mientras me sonreía---, si te hablan de lo que no querés escuchar, saltás como leche hervida.

-¿Me vas a perdonar? ---insistí---.

-Sí, ¿y qué vas a hacer ahora?

Suspiré profundo y dejé la taza de café sobre la mesa.

-Voy a esperar por lo menos una semana más para decir que estamos separados. O puedo esperar a que me pregunten por qué ya no nos ven juntos.

-Eso puede ser mejor ---asintió---.

-¿En serio pensás eso?

-Sí... pero tenés que estar tranquila. Acordate que lo que digan de vos no te tiene que importar.

-¿A vos no te importa lo que dicen de vos?

-A veces me molesta pero no le doy mucha bola y se me pasa.

-A mí...

-A vos te da vueltas como un lavarropas ---me dijo, sin borrar su sonrisa cálida---.

-Sí. Me conocés tanto...

-Demasiado.

-¿Y me seguís queriendo?

-Uff ---se acercó a la mesa para dejar su taza---. ¿Entonces? ---extendió su mano---, ¿amigos?

Su última pregunta me chocó bastante. Y al parecer se notó en mi cara. El rubio oji-celestes carraspeó y volvió a bajar la mano.

-No, amigos no ---hablé por fin, aunque mi boca parecía no hacerle caso a mi mente---. Pero supongo que nos vamos a llevar bien, como antes.

-Contestame una cosa Lali ---suspiró y su cercanía era cada vez más notable---, ¿por qué "amigos no"? ---imitó mis gestos---.

-Después de todo lo que pasó entre nosotros no me podés pedir amistad.

-¿Vos me querés?

-Dar un beso.

-¿Qué? ---levantó sus cejas y se separó---.

-¿Vos no? ---ahora era yo la que se acercaba---.

-Seguro que quiero, pero no está bien.

-¿Por qué "no está bien"? ---se la devolví. Imité sus gestos y hasta logré que se ría---. ¿Violamos alguna ley? ¿Somos infieles? ¿Lastimamos a alguien?

-No, pero nos confundimos.

-¿No estamos confundidos ya? ---apoyé mi boca a la suya y no hice nada hasta esperar su reacción. Benjamín entreabrió sus labios y volvió a cerrarlos para acariciar los míos, con lentitud y calidez. Abrí mis ojos y casualmente él lo hizo también, lo que ocasionó que sonriéramos por un milisegundo, milisegundo que me sirvió para saber que no quería cortar el beso. Mis manos, quizás heladas, se apoyaron en su cuello -mojado debido a las gotitas que chorreaban de su cabello-. Mordí su labio inferior y gimió embriagado, colocando sus manos en mi cintura para atraerme más hacia él---.

...

Único - BenjaliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora