Tae Salió a la calle con Kai a cuestas y cruzaron corriendo la carretera hasta el otro lado, se adentraron en el parque y le soltó en el banco más cercano.
-¿Estás bien? ¿Qué ha ocurrido? -Le pregunto Tae sentándose a su lado jadeando.
-El pecho, sentí como me ardía el pecho, pero ya estoy mejor.
-Déjame ver -Tae se acerco a Kai y le miro el pecho a través del cuello de la camiseta y se le abrieron los ojos como platos.
-¿Que ocurre, tengo algo? -Kai intentó mirarse a través de la camiseta pero le resultaba difícil verse. -¿Vas a decirme que tengo?
-La marca... -Tae seguía con la misma cara de atónito.
-¿Que marca? -Kai empezaba a exasperarse. -¡Habla! -Tae se pasó las dos manos por el pelo.
-La marca del guardián, te ha salido la marca.
-Eso es imposible... ¡aún no nos hemos graduado! -Kai no podía creerse lo que su amigo le estaba diciendo, la marca solo aparecía después de la graduación y una vez que eran llamados a servir. La marca era un vínculo entre dios y guardián, y él ni se había graduado, ni mucho menos tenia dios.
-¿Se puede saber que os pasa? -Zelo bajo del escenario con los brazos abiertos, esperando una explicación.
-Yona, ¿estás bien? -Febo se agacho junto a ella en el suelo.
-Me quema, me quema el brazo -Yona se aferraba a la parte anterior de su brazo derecho, a la altura de la muñeca, le dolía tanto que era incapaz de apartar la mano de la zona y mirar que ocurría.
-Déjame ver... -Febo le agarro el brazo y con lentitud separó su mano.
-¡Hola!... Estoy hablando, ¿nadie va a decirme nada? El concierto aún no ha acabado -Zelo seguía allí plantado esperando una respuesta, Febo le miro y le lanzo su mirada más gélida, una mirada que en nada parecía humana.
-Está bien... No he dicho nada, yo me encargo de esto -Zelo tragó saliva y se dio la vuelta subiendo de nuevo al escenario, si algo le daba más miedo, era la ira de un dios.
Febo centró de nuevo su atención en Yona, cogió su brazo y lo contemplo con asombro.
-Es la marca del guardián... - Yona se miro la muñeca, Febo tenía razón, había visto muchas marcas, cada dios tenía una, pero jamás la había visto en un dios antes del rito de iniciación.
-Aún no he recibido mi iniciación, ¿cómo es posible? -Yona se quedo mirando a Febo esperando una explicación, pero esta nunca llegó.
-Será mejor que volvamos a casa, si tu madre se entera de que no estás, te matará -Febo la levanto del suelo y le bajo la manga de la blusa tapando la marca, la agarró del brazo y la saco de allí.
Yona se pasó todo el camino a casa en una nube, buscando una y otra vez una explicación, repasó mentalmente todos sus libros de historia, pero en ninguno de ellos se hablaba sobre una marca prematura, no sabía lo que eso significaba y en que iba a repercutir en su vida de ahora en adelante.
-¿No vas a bajar? -Le dijo Febo quitándole el casco.
-¿Seguro que no tienes ni idea de porque ha ocurrido esto? -volvió a preguntar por milésima vez.
-Si lo supiera te lo diría, te lo prometo... Quizás tu madre sepa algo, habla con ella.
-¡No! -dijo Yona inmediatamente -. Por ahora mejor que mi madre no sepa nada, sabes lo pesada que es, no me dejaría ni siquiera salir de mi habitación hasta no haber hablado con el consejo. -No era mala idea hablar con su madre, lo más seguro es que ella tuviera una respuesta, pero algo dentro de sí le decía que no podía hablar de ello.
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El despertar de una diosa
FantastikYona esta en el último año de la escuela para dioses, una vez finalizado el curso, se convertirá en una diosa completa, al igual que su madre, Afrodita. Todos los dioses al acabar el instituto reciben un rito de iniciación en el cual les aparece una...