Me he dado cuenta de que la vida es tan frágil que en un segundo se puede quebrar y que ese click-clock de nuestro reloj amenaza constantemente con esfumarse y aun así con la advertencia en nuestra puerta pasamos la gran mayoría del tiempo postergando las cosas para un después como si la esperanza de un mañana fuera la mas alentadora, supongo que se nos ha olvidado vivir y permanecemos en un banco de una sala de espera, esperando a que algo extraordinario pase y si, estamos ahí, dejando pasar todo, esperando a que llegue el momento indicado para ir a la universidad, para renunciar a ese trabajo que tanto odias, para enviar esa carta que hace mucho escribiste, para decirle a esa chica de la secu que siempre estuviste enamorado de ella o robarle un beso, que estas esperando para pedirle perdón a ese alguien que alguna vez heriste, para pasar tiempo con tus padres y decirles cuanto los quieres, que esperas para decir te extraño, para decir vuelve, para darte una oportunidad de ser feliz y renunciar a todo aquello que te ha borrado la sonrisa de tu cara, que estas esperando para darte cuenta que la vida es extraordinaria por que tu haces que sea así y que las manecillas del reloj no avanzan por el contrario retroceden y agotan nuestra existencia, que estas esperando para vivir este momento, este ahora. La vida y tu merecen una oportunidad antes de que ese reloj se pare, así de sorpresa y solo veas pasar ante tus ojos una vida soñada que no pudiste realizar por miedo volar y veas pasar momentos, historias, personas que dejaste escapar por que siempre decidiste esperar.
Maribel Valencia Tejada