Salieron todos por fin. Ro y Chus se acercaron a mi corriendo y nos abrazamos las tres.
Estuvimos hablando todos y decidimos montarnos en el abismo, para después ir a cenar algo.
Nos llegó el turno y nos montamos por parejas, yo me puse al lado de Curri.
Hacía tanto que no me montaba que salí más mareada que nunca y apoyándome en Mángel y en Alex.
Nos fuimos a cenar perritos calientes a una de las mesas que había cerca de la zona de restaurantes.
Terminamos de comer y Chus cogió su botella de Coca Cola y dijo:
-¿Por qué no jugamos a verdad o atrevimiento? -Todos aceptamos y ella giró la botella. Uno por uno nos iba tocando, pero sólo escogíamos verdad, así que decidimos hacer sólo atrevimiento. Me tocó la cuarta en esa ronda.
-Vale Eli... Elige a alguien del grupo y dale un beso en los morros. -Dijo Chus casi segura de que elegiría a un tío.
La miré, sonreí y ella hizo lo mismo. Me levanté y le di un pico.
Las dos reímos y nuevamente, nos tocaba uno por uno hasta que al final, le tocó a Rubén el último.
-Levántate y consigue el número de alguna de ellas. -Dijo Curri señalando a un grupo de chicas en la mesa de al lado.
-Venga. -Rubén aceptó y todos le miraban riéndose, yo le miraba atenta y ¿preocupada? Ni idea.
5 minutos pasaron y el no llegaba. Todas las chicas reían y Rubén seguía haciendo tonterías. Yo me reía y sonreía mirándo el espéctaculo junto a los demás. Entonces el se puso serio y ligón a la vez. Apoyó los brazos en la mesa y se dirigió a la rubia del grupo que tenía en frente. Escuché como le pedía el número.
-Mmm, ¿eres rápido eh? -Dijo ella.
Rubén sonrió orgulloso colocándose la sudadera que llevaba puesta.
En ese momento, la rubia se levantó, apoyó sus manos en la mesa y le plantó un beso a Rubén. Este no hizo nada, parecía gustarle y no se movía.
El cuerpo entero se me congeló y el rostro se me cambió por completo. Me levanté ante las miradas atentas de todos mientras Rubén se acercaba a la mesa victorioso. Me fui al baño y alguien me llamó, ni si quiera me giré para ver quien era. Los ojos se me llenaban de lágrimas según llegaba al baño. Cerré la puerta de mi baño y me senté en el suelo con las manos en la frente mientras miraba hacia abajo y sólo lloraba. Un dolor de tripa enorme me vino y empecé a vomitar. Salí del baño y me enjuagué la boca, después me lavé la cara y me miré en el espejo.
¿Qué coño me pasaba? ¿Por qué siento que Rubén me había fallado sin ser nada? Salí del baño y nadie me vio, me fui directamente sola a mi casa y comenzó a llover. Me monté en el metro con el móvil y el dinero que llevaba encima, lo demás estaba en la mochila que me había dejado en la mesa. Mierda.
Llegué a mi edificio aún con lágrimas en los ojos. Le pedí las llaves de mi casa al conserje ya que las mías estaban en la mochila. Subí a la azotea con lágrimas en los ojos y sin pasar por casa.
Me senté al borde de la azotea. Estaba a 10 pisos del suelo, pero no era eso lo que me preocupaba. Era de noche y estaba lloviendo. Me puse de pie, abrí los brazos en forma de cruz, hacía mucho viento y seguía llorando. Respiré hondo y bajé los brazos. Me solté la coleta y el pelo no tardó en mojarse, bajé de ahí y me fui a mi casa más mojada de lo que estaba.
Dejé el móvil, las llaves y el dinero en la mesa del salón, me tumbé en el sofá y me quedé ahí pensando en porqué sentía ese dolor, que hasta que no me quedé dormida, no se fue.
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El vecino de en frente - Rubius Fanfic
FanfictionElisabeth, una chica de pelo castaño y rizado por la cintura, de ojos marrones, que vive por y para hacer reír a su gente, amiga y vecina de en frente del mismísimo Rubén Doblas, comienza a enamorarse de el, pero todo podría ponerse en peligro. Ataq...