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—Hey... despierta.— sentí unas bofetadas en mi cara.
—¡Hey! Niña, despierta. — abrí lentamente los ojos notando tres figuras diferentes, dos femeninas y una masculina.
—Por fin despiertas...— dijo la voz masculina con cierto enfado.
—Llevas horas inconsciente por la pérdida de sangre. Si Ann no te llega a suturar la herida vete a saber que te hubiera pasado.—

Para este punto pude diferenciar a las personas en la sala, una era como una enfermera vestida de negro y pelo castaño, con varias costuras por todo su cuerpo. La otra chica era completamente blanca como Jeff, pero tenía una sonrisa cosida y vestía de blanco y negro.  Y el chico, fue quien más me impactó,  vestía de mago pero tenía extremidades que sólo era el esqueleto.

—¿Qué me ha pasado?— pregunté confundida, papá me dijo que las niñas que se portan mal van al infierno, ¿esto es el infierno?

—Que te estaba hablando y justo en plena conversación te desmayaste cual doncella anémica.— me respondió la de la sonrisa cosida, yo me limité a mirar abajo.

—Eres nueva por aquí ¿no es así cielo?— me preguntó la castaña.

—¿Eh? Ah sí,  me, me he ido de casa.— Se me escapó,  sí les digo quien soy capaz llamen a mi padre. Mierda.

—¿Ah si? ¿Y donde vives? O bueno, VIVÍAS.— me dijo el de chico sonriendo a medias, yo por nervios, viendo que ellos también serían creepypastas, dije lo primero que se me ocurrió.

—Con, yo... vivía... abajo con mi padre Zalgo.— dije rápidamente y de sopetón lo que les hizo mirarse entre sí.

—¿Y cómo es que Zalgo no nos ha hablado de ti?— se me abrieron los ojos, sólo traté de improvisar.

— Pues, em... Soy la pequeña de sus hijos y pues él considera que soy la más débil y por eso prefiere no hablar de mí, y me ha mandado arriba para que me demuestre que puedo ser digna de ser hija suya y pues eso...— No sé qué es más retorcido, la trama que acabó de decirles o mi situación actual.

Ellos pensaron por unos minutos, en esos minutos que se me hicieron eternos, los tres se miraron entre sí, ni yo me lo creería con mis pintas... Espera...

—¿Y mi ropa?— pregunté mirándome de arriba abajo, sin tener mi vestido sino que estoy en ropa interior.

—Estaba destrozada y sucia así que te la quite. Zero, vamos a buscarle ropa tú tienes que tener algo.— ambas salieron de la sala dejándome con el chico.

—¿Quieres ver un truco de magia?— me sonrió pero de la otra sala se oyó el ruido de una motosierra.

—¡Ni se te ocurra!—

—Ains... okey, okey... ¿Y cómo te llamas?— me quedé pensativa , sí les digo mi nombre me arriesgo a que papá les vea, les pregunte y me descubran.

—Me llamo Noe.—
—Yo me llamo Magic Phanton.—

Llegaron las dos chicas y le hicieron un gesto al chico para que abandonase el cuarto, lo hizo un poco a regaña dientes.

—Tapate con la sábana y vente a bañar cuando acabes te damos la ropa.— me guiaron a un micro baño, más pequeño que el de tío Slender. Me bañé mientras pensaba en mi padre, y mis amigos, en todo, lo he abandonado para irme a averiguar que ocurrió. ¿Y si no lo descubro?
Un escalofrío me recorrió el cuerpo, haga lo que haga, ya se habrán dado cuenta de mi ausencia.

Acabé y las chicas me pasaron unos shorts negros, una camiseta de tiros larga, a los bordes tenía como calaveras, unas medias y unas converse gris oscuro.

Me quedé mirándome a un espejo, no quiero que papá me reconozca, quizás debería cambiarme el pelo o algo.

—Te queda bien...— comentó la castaña apoyada en el marco de la puerta. Sólo le sonreí y me pasó un coletero.

—En el pueblo se pasa calor, mejor recogete el pelo.— se marchó.  Me hice una trenza lateada como me las enseñó a hacer papi y al salir estaban las dos chicas sentadas en la camilla donde me encontraba.

—Bueno, Noe... vamos y te enseñamos el pueblo, parece pequeño pero verás que es más grande de lo que aparenta, y si no tienes donde quedarte, podemos hablar con un amigo nuestro.— me limité a asentir con la cara. ¿un amigo suyo? No sé si sea buena idea, con quedarme en un parque tengo,  tomémi bolso y las acompañépor todo el pueblo, se había hecho de noche. Por eso es que pudimos salir los 4, estaba todo vacío, no había nadie.

Nos detuvimos frente a una tienda muy antigua pero bastante grande, miré por la ventana, parecía desolada.

El chico nos hizo un gesto de que aguardasemos ahí y entró mientras las chicas y yo nos quedamos hablando sobre temas frívolos, como llegaron aquí,  como es que viven los tres juntos

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El chico nos hizo un gesto de que aguardasemos ahí y entró mientras las chicas y yo nos quedamos hablando sobre temas frívolos, como llegaron aquí,  como es que viven los tres juntos...

Estando sentada junto a ellas, vi justamente enfrente mía a una gran distancia ( dos calles) a Masky, Toby y Jeff hablando, sí me ven estoy muerta, me levanté rápidamente.

—¿Qué haces?— me miró la del pelo castaño mientras me preguntaba, levantándose conmigo a la vez.

—Que... yo...— paré en seco cuando oí la voz de Masky detrás mía.

—¿_            _?— en cuanto lo oí empecé a correr lo más rápido que pude, a la par oí sus pasos detrás mía, los pasos de los tres no se oían lejos, precisamente justo detrás mía. El corazón cada vez me va más a mil, estamos corriendo por toda la plaza, callejuelas, incluso me he subido a un tejado y me siguen. De repente al bajar y empezar a correr de nuevo vi a Hoodie quien se puso delante mía instantáneamente según me vio, salió de la nada, pero gracias al entrenamiento de papá fui más rápida. Me deslice entre las piernas de Hoodie dejándolo de por unos segundos atónito, y seguí corriendo lo más deprisa que pude, me rasgué un poco la camisa al deslizarme .

—¡Vuelve o tú padre nos triturará!— se oyó el grito de Jeff a lo lejos.
— ¡             ! Cuidado.— al según lo oí miré al frente justo estaba en la carretera y una luz me iluminó. Era como el trasto que vi llegando, pero más pequeño y rápido.
La luz cubrió la carretera y justo al pararse...

—¡                ! Alejate de ahí —
—Mira Jack encontré  un diente de León,  podemos pedir otro deseo...—
Todo fue silenciado por el ruido de un frenazo, y a su vez muchas ambulancias.

Desperté en una habitación bastante grande, por la ventana vi que era de día.
Miré a todos los lados del cuarto buscando a alguien, o bueno, esperando no encontrar a alguien. Este cuarto es mucho más grande que el mío en casa del tío Slender. Pude notar que llevo un camisón, hoy me he cambiado de ropa creo que más veces de lo normal.

De pronto vi como la puerta se abrió y una mujer mayor entró, se me quedó mirando con una mirada algo fría y distante.

Locura PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora