Un Apetito Adolescente

Ardua elección (página 14 y 15)

Hoy fui a la escuela, de nuevo...a veces me aburro de repetir la misma rutina diaria, pero ¿qué seré sin estudios? Almenos hoy no fue tan aburrido, el día comenzo un tanto mal, desperté y apenas levantandome tropecé con el pie de mi cama y caí al suelo, por suerte metí mi mano pero pude sentir como tronó algo dentro, en ese momento no sentí dolor alguno y no me preocupé, me fui así a la escuela y ahí comenzo a doler cada vez más, soporte hasta la última clase y esperaba a irme, por desgracia el profesor dejo un proyecto en parejas, muchos querían trabajar conmigo, pero encima de eso el profesor quería formar las parejas y me tocó con la nueva, sí Shecid, al principio pensé que seria muy aburrido pero una vez llegamos a mi casa ella empezó a hablar y hablar y hablar sin parar de muchas cosas que realmente se oían interesantes, les presté mucha atención y dijo además que estudió enfermeria por un tiempo, sí solo por un tiempo, mencionó que la sangre le daba náuseas y por ello no pudo continuar, fue entonces que le hablé acerca de mi dolor, ella tomó mi mano de manera muy delicada y realizó un masaje sobre mi moretón, luego dió un fuerte pulso y con eso quedé mejor.

Después de acabar nuestro proyecto nos propusimos a hacer algo más, ella quería ir a caminar fuera, me dijo que venía de un pequeño pueblo, le gustaba mucho la naturaleza y los animales, subimos a mi camioneta y fuimos hasta el bosque que está al lado de la ciudad, nos bajamos para caminar algunos minutos y relajarnos de la escuela, mientras lo hacíamos ella se abalanzó a mí y me robó un beso, yo me quedé como roca, Shecid era una jovén muy buena e interesante pero no podía hacer eso si no me gustaba en serio...no le dije nada, no quería arruinar la caminata, regresamos a mi camioneta, una llanta estaba ponchada pero lo que me conmocionó fue que parecía ser con una navaja o algo grande, supuse que algún grupo de tipos de secudaria harían la broma así que no me importó tanto, aún me quedaba la llanta de repuesto...mientras la cambiaba Shecid mencionó tenerle miedo a la oscuridad y mientras más noche se hacía más miedo le llegaba a sus venas, se acercó a mí un poco más e intenté distraerla con una de mis historias exageradas, acabé con el neumático y subimos a la camioneta para regresar a casa, la dejé y me despedí de ella dándole un abrazo, aunque ella bajó su mano yo no hice nada mas que abrazarla... regresé a mi casa y me acosté, me iba durmiendo poco a poco mientras pensaba en todo lo que había ocurrido hoy....