Capítulo 36. Las pases conmigo, las pases contigo.

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El tiempo.
Horas, minutos y segundos.
Pero 60 segundos, se sentían más largos que una eternidad.
Se sentía el paso del tiempo, tan lento.
Veía el paso de las horas, una por una.
Lentamente.
Desgarraba mi ser.
Ya no quería escuchar.
Ya no quería hablar.
Ya no quería ver.
No quería nada.
Quería que el tiempo se detuviera.
Necesitaba que se detuviera.
Un momento, solo uno y nada más.
Cansancio y desesperación.
Todo era lo mismo, una y otra vez.
¿Cómo cambiarlo?
¿Yo.. podría?
¿O me podría?
Porque me pueden muchas cosas.
Y últimamente cada una llega tras otra y me golpea. Me tira al suelo.
Y me hace llorar.
Me hace sentir que no puedo.
Me hace sentir que me desvanezco.
Me aterra tener miedo.
¿Dónde estaban las ganas de avanzar?
Se habían ido..
Hoy no me puedo levantar.
Solamente escucho susurros del viento, mientras el día cambia lentamente.
Se me iba hasta la vida.
Se me iba hasta la muerte.
¿Cómo puedes vivir una vida, llenarte de sueños y esperar a lograrlos si te sientes así?
No me preguntes porque estoy cansada.
Porque no lo sé.
No me preguntes.
Solo quédate conmigo.
Quédate conmigo mientras oímos llover.
Y recuérdame quien soy.
Recuérdame lo valiente que he sido.
Y lo valiente que puedo ser.
Haz que mis labios pronuncien un "Si puedo".
Hazme sentir que soy grandiosa.
Hazme sentir que vale la pena.
Porque hoy no puedo.
Hoy me pesa hasta respirar.
Hoy no me recuerdo.
Hoy no sé de donde vengo.
Ni para donde voy.
¿Será correcto?
Quería salir.
Quería salir corriendo a algún lugar donde pudiera estar tranquila.
Quería sentir el aire abrazándome dulcemente.
Quería que la lluvia me atrapara en aquel esplendor lleno de truenos y relámpagos.
Destellos y más destellos color morado y blanco.
Quería sentirme viva.
Quería encontrarme.
Porque a veces la fuerza se va..
¿A dónde?
No lo sé.
Pero se marcha.
Me deja sentada en el suelo, mirando aquel rayo de sol qué pasa por el cristal de la ventana, que sale del pequeño hueco qué hay entre la pared y la persiana.
Sola.
De nuevo.
No había con quien hablar.
Ni siquiera quedaban las ganas de hacerlo.
Así que en silencio, frente al espejo de la habitación, mirando al reflejo.
Empecé a llorar.
Una vez más.
¿Qué pasaba?
Y ¿Por qué pesaba?
No tenía las respuestas para aquellas preguntas que me atormentaban.
Solo quería sentirme libre.
Quería sentir que realmente podía.
Quería decirme a mi misma que lo lograría.
Pero cuando pasaba esto, solamente miraba las cosas malas que pasaban.
Yo misma silenciaba mis palabras.
Pero quería ser escuchada.
Quería que me abrazaran.
Quería sentir cariño.
Quería sentirme tranquila.
Pero no encontraba la forma.
Me sentía atrapada.
Como si me faltara el aire.
Respirar era complicado.
Pero en el suelo, y de rodillas, tratando de tranquilizarme un poco repetía con esperanza de darme ánimos.
-"Un mal día no dura por siempre"  
Porque no quería que un mal día me hiciera pensar que llevaba una mala vida.
Ya estaba harta de sentirme así.
A veces sentía que me ahogaba. 
Pero aprendí a nadar.
A veces era muy difícil y me caía.
Pero aprendía a levantarme de nuevo.
No me iba a vencer.
Porque a pesar de todo tengo motivos por qué seguir.
Tengo razones y corazones a quienes estoy unida por quienes no me dejó vencer.
Al final así como este sentimiento opresor llego de poco a poco.
De poco a poco se irá.
Y el sol brillará otra vez.
Me llenara de ilusión.
Y de ganas de seguir.
Solo necesito darme cuenta de quien soy.
Y dejar de agobiarme por las cosas que ya pasaron, por las que no son y las que no serán.
Es tiempo de dejar las cosas claras entre la visión que tengo y lo que es real.
No quiero hacerme más falsas ideas de lo que sucede. 
Ni hoy ni nunca.
Por mi, seguiré adelante.
Y tal vez mañana me esté riendo de aquellos momentos en los que pensé en abandonar.
Porque tal vez y solo tal vez mañana por fin me pueda liberar.
Y con el tiempo sé que así será.
Saboreo dulcemente la tranquilidad después de una tormenta y oscuridad.
Mientras le digo adiós.
Estaba dispuesta a poner manos a la obra.
Y comenzaría de cero.
Empezando por hacer las pases con mi pasado, con mi presente, con el futuro y con las personas que me habían acompañado hasta hoy.
A partir de hoy, soy alguien nuevo y alguien mejor.
Y por eso estaba contenta de ser quien soy.
Porque a pesar de lo crudo que puede ser, estaba dispuesta a vencer.
Hoy nadie va a poder conmigo.
Aunque la calma se vaya.
Regresa después.
No me desespero
Respiro y analizo.
Que lo mejor tarda en llegar.
Y de mi parte he de poner para que todo vuelva a funcionar.

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