Safe & Sound

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—     ¿Estás lista? ―preguntó a mi lado, sonreí y asentí―  Entonces  aquí vamos.

Atravesamos las grandes puertas de cristal y nos encontramos en medio de un pasillo, caminamos hasta el aula 709, respiré hondo, lo miré y sonreí.

—    Que te vaya bien hermanito, ―dije burlona― suerte con tu chica.

—     Suerte con el tuyo nena, ―sonrió ampliamente―  te veo en el almuerzo.

Entré al aula sin siquiera molestarme en tocar la puerta, alrededor de veintiséis pares de ojos se clavaron en mí, en especial la del profesor, quien se notaba un poco disgustado.

—     Tú debes ser la chica nueva, ―dijo aburridamente― pasa e ilumínanos con tu presencia, cuéntanos sobre ti.

—     Soy ____ Tomlinson, vengo de Doncaster y la escuela es una mierda ―sonreí dulcemente―  en especial la clase de lengua francesa.

—    Me parece que tenemos una nueva chica bromista, ―añadió secamente― pasa al asiento vacío del fondo.

Caminé hasta el último asiento de la fila que se encontraba junto a la pared opuesta a la puerta, al pasar por el estrecho pasillo que dejaban los bancos miré directamente a los que serían mis compañeros, buscaba en especial a uno, quien no tardó en encontrar mi mirada. Qué chica tan rara, pensó, lo cual me hizo sonreír.

O Dios me amaba o yo era simplemente suertuda, ya que el chico quedaba justamente delante de mí, lo único que podía apreciar era la parte trasera de su cabeza, lo que no entendía era porque rayos llevaba un peinado tan raro.

—     Supongo que no tiene libro señorita Tomlinson. —habló el profesor― Me temo que tendrá que emparejarse con algún compañero.

—     No se preocupe, ―sonreí― no necesito de ningún libro.

—     Je suis sûr que vous avez besoin d'un livre, tout le monde ici fait.*

—     J'ai dit que je n'en ai pas besoin, je peux parler parfaitement la langue, Monsieur, c'est ma deuxième langue. **―toda el aula me miraban asombrados, incluido el profesor.

—     Ya me quedó claro señorita Tomlinson, le aseguro que usted será mi alumna favorita.

—     Si como sea. ―contesté con desdén.

La clase en sí fue aburrida, el profesor hablaba de una manera muy lenta para que todos pudieran entenderle. Fijé mi mirada en mi compañero de adelante, era muy raro, su mente divagaba demasiado, en realidad no estaba para nada concentrado en la clase,  pero de igual manera era asqueroso saber que pensaba en los senos de la chica rubia que se encontraba sentada a su lado.

Cuarenta minutos más tarde la campana sonaba para dar término al primer periodo, tenía entendido que era hora del almuerzo, así que tomé mi bolso y con paso lento me dispuse a llegar hacia la cafetería.

Empujé fuertemente las dos puertas que se encontraban ante mí, muchas mesas se agrupaban en un lugar reducido, masas de chicos esparciéndose por todos lados, hablando, cantando... golpeando.

Rodé los ojos y tomé una bandeja, miré el gran surtido de comida, en realidad no me apetecía nada, así que tomé un sándwich de pollo con un jugo de manzana.

Traté de localizar a mi hermano, pero era un intento fallido, al contrario, logré divisar una cabellera castaña un poco despeinada, con un piercing brillando en su oreja, era él. Inconscientemente sonreí y caminé hasta la mesa, la cual cabe destacar se encontraba llena de chicas agitando sus pompones y batiendo las pestañas hacia el chico.

Con la cadera empujé a una, la chica sólo se alejó refunfuñando mientras yo tomaba el asiento que ella se disponía a ocupar. Miré burlonamente a las demás y sonreí enormemente al castaño.

—     ¿Acaso eh muerto y eh llegado al cielo? Porque me parece que es un ángel al que veo. ―las chicas alrededor suspiraron enamoradizamente mientras se alejaban― Quién imaginaría que me encontraría a semejante belleza el primer día de clases.

—     Te recomiendo cerrar el pico si no quieres que te patee el trasero Drew.

—     Sabes que odio que me llames Drew, sólo lo haces para molestarme.

—     Así es querido. ­―reí― No sabía que tenías un club de fans.

—     ¿Celosa? Sabes que soy todo tuyo muñeca. ―sonrió lascivamente― Al parecer todas las chicas me aman aquí, pero no por mucho tiempo. Me han llegado los rumores de que Louis y tu chico están robando suspiros. Espero que no me ganen el trono.

—     Sabes que siempre tendrás mi amor eterno. ―bromeé― Hablando de Louis ¿Dónde mierda se encuentra? Lo busqué por todas partes.

—     Cuida ese vocabulario señorita. ―me apuntó con su dedo índice sonriente― Yo también lo busqué, pero al parecer está buscando a su chica. Ya sabes, al parecer ella está aquí.

—     Claro que está aquí idiota. Ambos estamos aquí porque nuestros chicos estudian en éste instituto.

—     Perdóname, no quería ofenderte con mi estupidez. Soy un estúpido, te pido mis más sinceras disculpas.

—     Oh, sólo cállate. ―carcajeé, amaba a éste chico sin duda alguna― Te perdono, pero sólo porque te amo con todo mi corazón.

—     Yo también te amo nena, lo sabes. ―sonrió ampliamente― Ya aclarado nuestro profundo amor, qué te parece si vamos en busca de ése hermano idiota que tienes.

—     De acuerdo, muero de ganas por saber qué tal le fue con su chica. Hablando de eso. ¿Qué tal vas con la tuya?

—     Hasta ahora sólo somos amigos, Madeleine dice que soy un mujeriego y me odia. Así que lo nuestro hasta ahora es sólo amistad.

—     Es un gran progreso. ­―murmuré― Yo no eh logrado acercarme al mío.

—     Lo conseguirás preciosa, confía en mí.

Ambos nos pusimos de pie y salimos de la atestada cafetería. El castaño pasó un brazo por mis hombros, comenzando a bromear acerca de las personas que pasaban a nuestro alrededor.

En un arrebato de risa me separé bruscamente de él, haciendo que chocara con alguien y tirando todas sus cosas al piso.

—     Oh, lo lamento. ―dije― No iba poniendo atención hacia donde iba, enserio lo siento.

—     No te preocupes, fue un accidente. ―miré sus ojos oscuros, pero qué idiota ¿además de rara también es estúpida?, susurró su mente― Yo también iba distraído.

Me incliné para ayudarlo a recoger sus cosas, acercándome a su oído susurré:

—     No soy la única idiota, y para aclararte, no soy ni rara ni estúpida

Poniéndome de pie regresé con mi acompañante, dejando al chico con los ojos abiertos mirándome estupefactamente. 

¿Acaso sabe lo que pienso? Es algo totalmente loco, nadie puede leer mentes.

    Sé todo lo que piensas Zayn.

 

 

*Estoy seguro de que usted necesita un libro , aquí todo el mundo hace.

**Yo dije que no necesito , puedo hablar el idioma perfectamente , señor , este es mi segundo idioma.

 

 

 

 

 

 


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