La niebla era densa aquella fría mañana de octubre,algo muy normal en el instituto Whimmer considerando los tétricos climas que se presentaban en aquella locación.
Mike miraba serenamente por entre las blancas cortinas de su habitación; los largos jardines se veían bastante lúgubres en casi toda época del año, pero aún así, el gran rosal que se hallaba junto a la capilla mantenía aquellas blancas rosas dignas de un fotograma de una revista agrícola.
De repente un lujoso auto negro derrapó en el estacionamiento del internado, llamando la atención del muchacho a sobremanera.
Un hombre extremadamente alto salió de este, alzó un paraguas y abrió la puerta del copiloto. La chica que salió de el auto dejó a Mike maravillado; Una larga mata de cabello negro contrastando con la piel más blanca que hubiese visto, inclusive más que la de él—Que básicamente podía ver sus venas con total claridad—La desconocida muchacha llevaba una gabardina púrpura a modo de vestido, medias negras y botas del mismo tono. Sus facciones eran tan delicadas como las de una muñeca, pequeñas y perfectas.Al parecer la forastera notó que estaba siendo observada, ya que, en menos de una milésima de segundo se había vuelto a mirar a Michael, provocando un brusco estremecimiento de su parte; La chica era innegablemente la persona más hermosa que el adolescente hubiese visto en toda su vida, pero había algo ella que le provocaba un tanto de angustia, como si de solo verla pudiese notar que había algo extremadamente extraño; Sus grandes ojos grises no demostraban vida alguna, sus carnosos pero pequeños labios mantenían una expresión de lúgubre serenidad, era como si la bella desconocida estuviese en su último respiro, algo en ella estaba muerto, y eso aterró a Michael.
El adolescente cerró la persiana de golpe comenzando a transpirar, había algo en esa chica que lo volvía loco, pero de igual manera lo hacía estremecerse.
No habló con nadie de los acontecimientos pasados esa mañana, tampoco era que tuviese muchos amigos con quien compartir la anécdota–A excepción claro de la criada que solía llevarle el almuerzo; Clarissa–.
Y así el día de Mike pasó sin inconvenientes, o eso hasta la primera hora de clases; Exactamente a las 4 de la tarde.El castaño se mantenía ocupado leyendo en mismo párrafo de un libro una y otra vez, cuando el profesor de Biología llegó, pero no solo. La desconocida azabache que había visto esa mañana se situaba junto a él con la misma expresión de desapego que tenía en la mañana, para sorpresa de Mike, ella lo miraba fijamente, sus ojos grises conectaron con los azules del chico, haciéndole perderse totalmente.
–Mi nombre es Lilah Van Allen– Dijo con una voz extremadamente melódica– Es todo lo que necesitan saber.
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Blue Blood
RomanceMichael siempre ha sentido que necesita algo que complete su verdadero yo, como si algún aspecto importante le fuese arrebatado al nacer. O eso hasta que conoce a Victorie, una misteriosa chica con un lado oscuro aterrador.