CAPÍTULO 02
MICHAEL ESTABA HIPNOTIZADO en los deslumbrantes ojos que lo miraban atentamente. En un instante y gracias a ellos logró olvidarse de lo que le sucedería al llegar a casa o de la fulminante mirada de atrás, que se dirigía con desprecio a estos.
Aunque Fernanda deseaba desaparecer de allí, ya que no podía estar más avergonzada, también supo que la culpable de todo era Valentina. Y que no se quedaría de brazos cruzados viendo como le quitaban a su amor platónico.
—¿Ya tienes tu helado, güerita?—interrumpió el bello momento de miradas repartidas—. Supongo que ya te puedes ir.
—¿Perdón?
—Ya te puedes ir, nos haz hecho perder el turno—respondió—. Y ni siquiera entiendo cómo te han dejado pasar.
—Fernanda—llamó su amigo, en busca de hacerla callar.
—¿Fernanda, qué?—musitó—. Lo único que me alegra saber es que no es como los demás pobres, aunque sea ella no gastó sus inútiles cincuenta pesos en drogas.
Valentina sentía su corazón encogerse, tarde o temprano rompería en llanto.
No entendía la repentina actitud de esa chica pero de algo estaba segura, y es que esa mexicana no tenía motivos para insultarla.
Pero las palabras de Fernanda eran un eco en su cabeza, tanto así, que la obligaron a irse de la heladería sin enterarse del nombre de quien la ayudó a pagar el helado.
—¿Por qué hiciste eso Fer?—preguntó su amigo completamente atónito.
—¿No escuchaste lo que te dije cuando estábamos en la fila?—evadió la pregunta.
—¿De qué hablas?
—Te dije algo importante para mí, algo que me tomó mucho tiempo de decir—habló entre dientes—. ¿Y acaso me escuchabas?
—Pero Fer yo solo intentaba ayudar.
—La habrás ayudado a ella—contestó con amargura—, pero no a mí.
Fernanda salió de la heladería sin querer retomar su gran confesión.
Y Michael se fue, porque simplemente perdió la total conciencia de la charla y de querer tomar helado.
• • •
Mientras Valentina seguía con la lectura del libro del mediodía, con un hambre impresionante, pensaba ponerle como excusa a su madre que se sintió muy mal como para ir a comprar algo para comer.
Michael volvió a poner el dinero de su progenitora de donde salió, sin que nadie pudiera enterarse.
Su familia estaba feliz, aún bailando hasta que los pies comenzaran a dolerles, en cambio el joven apenas estaba sincronizado ya que solo pensaba en Valentina. En querer volver a verla.—¿Qué pasa, bro?—preguntó su hermano, sentándose a su lado mientras dirigían su vista a todos los bailarines—. Se te ve bien amargo.
Michael río, en busca de no hacerle creer eso a quien cumplía años.
Bebió de su cerveza y suspiró.
—Conocí a una chica bien bonita.
—¿Y...?—consultó su hermano, pidiendo que siguiera.
—No logro olvidarme de ella.
Como en cámara lenta, los ojos azules, los labios finos, el pelo radiante y el resto de facciones sumamente perfectas le dieron a Michael una proyección de Valentina. Un recuerdo.
—¿Y pues...Charlaste con ella?
—Le compre un helado—se encogió de hombros—. Pero bro...¿Nunca te sentiste tan conectado a alguien que no conoces? ¿Como si, consumiera tu cabeza así sin más?
—Miles de veces—confesó Kevin—. En el bus por ejemplo, siempre me enamora alguien de allí. Pero...Luego me olvidó de cómo era la persona.
—Ese es mi problema—rascó su nuca—, no puedo.
Ambos hermanos mexicanos guardaron silencio.
Tal vez analizando la situación mientras la abuela Matilda movía el trasero al son de la música.—¿Sabes su nombre?—preguntó Kevin—. Dímelo y prometo encontrarla en las redes sociales con mis habilidades de F.B.I.
Los dos rieron, Kevin estaba dispuesto a ayudar a su hermano mayor.
—No lo sé—resopló—. Tenía una "V" en su brazalete.
—¿Vanina? ¿Valeria?—cuestionó su acompañante—. ¿Vanessa? ¿Victoria?
Michael guardó silencio mientras sobaba su mentón mirando el cielo llover y a su abuela bailar de todos modos.
—Tenía cara de Valentina.
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ice cream. ( michaentina )
Fanfictiondonde michael y valentina aman el helado, pero sólo michael tiene el suficiente dinero para comprarse uno. HISTORIA CORTA [capítulos cortos] splendorousbabe ©