A Part of That

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Frank estaba sentado junto a otras personas, todas eran mujeres que había ido junto con sus esposos a esa fiesta, justo como el lo había hecho. Todas eran fans de los cómics de su marido, por lo tanto, cada vez que lo veían le preguntaban sobre su trabajo, para ver si podían sacar algún adelanto del próximo en salir; y después de que él les diera lo que querían, o bien que se negara a decirles algo, todas se iban con sus respectivos esposos, algunas incluso se alejaban para sentarse en alguna otra mesa. Nunca le hablaban para más cosas.

En esta fiesta, eso era diferente; despierta de que se negara a decirle algo a todas esas mujeres y después de que estas se fueran, sólo una se quedó en su asiento.

—¿Y cómo es?— Frank se sobre saltó al escuchar a alguien hablar, ya que en cuanto vio que la primera se había levantado de la silla volteo a ver sus manos entre lazadas sobre la mesa y se había distraído en sus propios pensamientos.

—¿Disculpa?

—¿Cómo es?, ya sabes, tu esposo.

—¿Tiene cabello negro?

—No— ella soltó una risilla —, me refiero a cómo es cuando trabaja.

—Ah.— se ruborizó y miró sus manos como antes, no sabía que responder a eso, siempre le hacían el mismo tipo de preguntas y antes de ir a cada fiesta ensayaba las respuestas, para que no lo tomarán desprevenido, pero nunca pensó que le fueran a preguntar algo así.

—Verás— la desconocida tomó la palabra al notar que Frank no sabía como contestar —, mi novio se la pasa todo el día en el trabajo o encerrado en nuestro cuarto, ¡no sale ni a comer! — exclamó con una gran sonrisa, la cual Frank podía jurar que falsa —Hace que a veces quiera terminar con él, pero es sólo durante los días que trabaja, el resto del tiempo sigue siendo el novio maravilloso que siempre ha sido.

Frank comprendía como se sentía ella, a veces Gerard también lo desesperaba tanto que pensaba que al final terminaría dejándolo, pero él sabía que no pasaría, lo amaba demasiado para dejarlo. Además, al cazarse prometió que lo amaría y estaría a su lado sin importar qué. Pasaron unos segundos en silencio, Frank pensado en cómo contestarle, y ella con su sonrisa fingida, posiblemente pensando si dejar a su novio o no.

—Pues, uno día es como cuál quiere día típico, ambos juntos, cada quién va a su trabajo, volvemos, comemos, platicamos y a veces vemos una película o alguna serie— ella lo miraba atentamente y asentía de vez en cuando, demostrando que le prestaba atención —.  Y de repente se va Gerard-landia, mirando a algún lugar fijamente sin motivo, a veces hasta parece que se olvida de respirar.

Ambos rieron por eso último, y Frank aprovechó la pausa para buscar con la mirada a su esposo entre todas las personas, encontrándolo platicando con compañeros del trabajo. Lo vio escuchar a uno de los hombres decir algo y de repente todos rieron, en ese momento Gerard volteó a verlo y ensanchó su sonrisa al ver que Frank también lo veía.

—Y luego sonríe— continuó hablando Frank, sin voltear a ver si la chica misteriosa seguía ahí —, sus ojos se iluminan y sin hacer ningún sonido, vuelve a la vida.

Y soy parte de eso. Pensó. Volteo a ver a la mujer, la cuál tenía una sonrisa triste, si Frank se hubiera fijado bien lo hubiera notado, al igual que hubiera como sus lágrimas empezaban a querer salir; pero estaba tan distraído por Gerard que volvió a verlo antes de poder notarlo. La mujer escuchó que alguien le había gritado, volteo a ver quién lo hacía, y antes de que Frank pudiera voltear, ella ya se estaba despidiendo; entonces se fue tan rápido como el resto de mujeres se había ido antes que ella. Cuando volteo a ver a Gerard este se estaba acercando a su mesa, con dos copas de vino; puso una delante de Frank y se sentó al lado de él, dándole un beso en la mejilla mientras lo hacía.

The Last Five Years ; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora