Capítulo único - No llores.

23 1 2
                                    



- Alice ya debes salir, el taller cerrará en quince minutos.

Iba a darme un nuevo impulso para continuar nadando, pero al escuchar aquella voz me detuve, fijé la mirada en la plataforma de salida y allí se encontraba, en cuclillas, el emisor de aquellas palabras.

- ¿En serio?

Observé a mi alrededor buscando a los demás alumnos que asistían a esa hora, pero ya todos habían salido del recinto, generando que quedáramos solos en el lugar.

- ¿Crees que estoy mintiendo?

- Pues, tomando en cuenta que siempre me molestas, sí. La probabilidad es bastante elevada.

Sonreí y solté una risa al responderle y observar su rostro molesto.

- Pero dejando eso de lado, entrenador. ¿Hay algún problema si me quedo practicando un poco más?, la competencia es en tres días y aún no he logrado disminuir mi tiempo.

Me acerqué a la orilla de la piscina para apoyar mis codos en el sitio y fijar la mirada en él joven, cuya vista estaba clavada en el agua, pero tras escuchar mi pregunta cerró sus ojos, soltó un sonoro suspiro y comenzó a negar con la cabeza.

- Esta es la quinta vez que me pides esto en la semana Alice, no debes preocuparte por el tiempo que posees, ya es suficiente para que le ganes una medalla en la competencia.

Al regresar la mirada en mi dirección su semblante expresaba una imponente seriedad. 

- Ahora solo debes ir a descansar y no te sobreexijas más, no quiero que dañes tu cuerpo y seas descalificada por walkover.

Solté un suave suspiro al escuchar aquellas palabras, cómo siempre preocupándose por la condición del equipo y nada más; mientras yo me encontraba al otro lado, queriendo quedarme a su lado un tiempo más, antes de regresar a la realidad.

- Eres la capitana, estás en tu mejor condición y sé mejor que nadie que eres capaz de mucho, pero para lograrlo estas llevando siempre tu cuerpo al límite.

Tras decir esas palabras se colocó de pie y quedó frente mío, estiró una de sus manos en mi dirección y yo, por acto reflejo, levante una de las mías para que él me ayudara a salir del agua, acción que logró sin mucho esfuerzo. Acto seguido, me mantenía firme frente a él y, como aún estaba en la orilla de la piscina, colocó su mano libre en mi cintura para que no cayera de regreso al agua. O más bien, eso es lo que pensé en dicho momento, pues si analizaba mejor la situación, si él quisiera evitar aquello solo debía moverse un poco más para que fuera capaz de colocar mis pies correctamente en el piso.

Tras unos pequeños segundos en esa posición el chico apretó un poco más la extremidad que estaba rodeando mi cintura, atrayendo mi cuerpo un poco más hacia el suyo. Separo mi mano de la mano con la que me había ayudado a subir, colocó la suya en mi mejilla izquierda y con un suave movimiento logró que quedará mirando fijamente a sus ojos, los cuales expresaban ternura y una calidez melancólica.

- Andr...

No alcancé a decir nada más antes de que él soltara un suspiro y mencionara las siguientes palabras.

- Aún eres una niña, Alice.

Soltó una risa burlesca luego de decir aquello, razón por la cual le di un golpe en su brazo izquierdo.

- No me molestes idiota, te aseguro a que cuando tenga tu edad todos los hombres estarán detrás de mí.

Ryan soltó un poco el agarre, alejó mi cuerpo del suyo y lo observó aguantando la risa. Bien, eso si había dañado mi orgullo.

No lloresWhere stories live. Discover now