Capítulo 6.

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Mañana iban a hacer dos semanas desde que no salía de casa, mi perro estaba con mi hermano, que en esos momentos, era el único que podía cuidarle.

Todos los días llamaban a mi puerta y yo no salía ni para comprar comida.

Me desperté, me fui al baño y me miré en el espejo, tenía el maquillaje corrido de haber llorado ayer cuando decidí salir a dar una vuelta pero no me atreví. Me cambié el pijama, me puse una chaqueta larga que estos días estaba siempre en el baño. Una camisera de tirantes negra y pantalones cortos.

La chaqueta se me bajaba por el hombro derecho y el moño despeinado que llevaba se me soltaba cada vez más pero no tenía fuerzas para hacer nada. Estaba pálida y seca. Llevaba dos semanas a base de zumo todos los días, a veces ni eso.

Durante la primera semana, todos mis amigos incluido Rubén, me habían mandado mensajes para quedar y que me presentasen a la nueva chica de Rubén. Sí. Aquella Rubia del parque.

Alex: eli!! esta tarde hemos quedado con alicia todos, que ruben nos la va a presentar, es la del parque (;

Curri: vienes a dar una vuelta con todos? viene la chica de Rubén, la del otro dia, se ve que se han gustado

Chus: tia! ruben ha mojado, hemos quedado con el y con la del parque del otro día, vente!

Y como ellos, todos los demás me mandaban mensajes, pero nadie paraba a pensar que me hacían daño. Pero durante la segunda semana estaban todos preocupados por mi. Yo no contesté a nadie.

Dejé el móvil en el salón, cogí las llaves y me fui a la azotea, el único sitio al que nadie subía.

Una vez más, llovia, lo que hacia que se me corriese más el maquillaje.

Me senté al borde con las piernas hacia afuera. Aquel lugar imponía, estar a diez pisos como si estuvieses a diez centímetros y no sentir nada.

Empecé a llorar y a pensar. En ese momento lo comprendí todo. Quería a Rubén más de lo que me había querido a mi en mi vida.

Sonó la puerta, ni si quiera me giré para ver quien era, me sequé las lágrimas y me limpié el maquillaje.

Alguien me puso la mano en el hombro.

-¿Eli? -Dijo Rubén.

Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo. Soplé y sin pensarlo me giré para abrazarlo.

Comencé a sollozar en su pecho mientras le abrazaba, el seguía sin comprender nada.

-¿Por qué has estado desaparecida?

Le miré a los ojos, y ante su asombro, el vio el estado en el que que estaba.

-Lo siento... -Es lo único que pude decir.

-¿Que lo sientes? Joder estás horrible

-Gracias bonito. -Dije sonriendo, los dos nos reíamos.

Bajamos a su casa, cogí mi mochila que me dejé en la mesa del parque y el recogió. Estuvimos hablando de su nueva chica, Alicia. Yo sólo escuchaba atenta hasta que decidí irme. Quedamos en que esa misma tarde todos iríamos a mi casa ya que hacía varios días que no hablabámos.

Llegué a mi casa y bebí lo que quedaba de zumo. Me quité la chaqueta y me quede en tirantes y pantalón corto, se me seguía viendo pálida y seca, con cara se tristeza pero ni yo era capaz de cambiar eso.

Me senté en el sofá, encendí la tv y caí totalmente rendida de lo débil que estaba.

Llamaron al timbre y me levanté para abrirles, mierda me había quedado dormida.

Uno por uno me iban saludando mientras les decía que estaba bien, que había estado muy mala de la tripa esas dos semanas. Y finalmente, allí estaba Rubén con el brazo sobre Alicia. Intenté poner la mejor de mis sonrisas y le di dos besos.

-Hola guapa, soy Eli.

-Alicia. -Dijo ella dándome dos besos.

Una hora llevábamos hablando y jugando. No paraba de mirar a Rubén y a la otra, las lágrimas intentaban escaparse de mis ojos pero yo no lo permitía.

-Bueno gente, me voy ya. -Dijo Alicia levantándose.

-¿Qué? Venga espera un rato. -Dijo Rubén levantándose y poniéndole el brazo encima nuevamente.

-No guapo, me voy que he quedado con mis chicas.

-Bueno...

-Adiós novio. -Dijo ella sonriendo, después se besaron

Sentí que no era capaz de controlar las lágrimas. Tenía tal nudo en la garganta que me dolía. Me puse las manos en la boca y empecé a llorar. Miré hacia la derecha ya que no tenía a nadie a la derecha y así nadie me veía. Todos se despedieron de ella, Rubén se sentó y miraba como jugaban Ro y Alex.

No pude esconderme más, y Curricé me escuchó llorar.

-¿Eli? -Preguntó mirándome.

Corrí al baño mientras los demás me miraban con los ojos como platos. Di un golpe a la puerta y puse el pestillo.

Comencé a dar vueltas sin saber que hacer o como mirar a la cara a los demás cuando saliese.

Me puse las manos en la cabeza y me miré en el espejo. Me sequé las lágrimas y con toda mi fuerza, le pegué al cristal.

Con el suelo lleno de cristales y con un ataque de ansiedad, me senté y me puse a llorar.

Rubén quitó el pestillo y abrió la puerta.

Estaba llena de sangre y sentada sobre cristales. Se agachó a mi lado preocupado y sin poder creerse lo que estaba presenciando. Me cogió la mano con la que había golpeado al cristal y la sujetó con fuerzas. Me abrazó y me tranquilizó.

Todos se acercaron y miraron boquiabiertos. Rubén me cogió y me llevó al sofá.

Escuché que todos se iban preocupados y me decían que vendrían pronto a verme.

Menos el.

El se quedó a mi lado, me acarició hasta que me tranquilicé del todo. Sentí otra vez que no había nadie en el mundo.

Pero esa sensación no era más que una mentira.

Una mentira que le esperaba en otro lado de la ciudad para darle besitos.

Aunque quizá, eso no durase mucho tiempo en cambiar...

El vecino de en frente - Rubius FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora