Foley Rocks, Eagle Pass, Texas (mayo de 2013)
Holger, aburrido profesor de historia, recoge a una inmigrante ilegal que ha encontrado en una carretera secundaria próxima a la frontera y la lleva a su casa con intención de pasar una noche de sexo con...
Esta simple frase, pronunciada en el ámbito de cualquier comunidad rural a lo largo del mundo, llenaría por sí misma de preocupación a los implicados en la conversación. La mula no aparece... pues habrá que salir a buscarla, ¿no?. Escuchada no obstante a las afueras de Foley Rocks, pequeña población del desierto a unas treinta millas de Elm Creek – Eagle Pass, Estado de Texas -, adquiere sin que lo entienda la mayor parte de la gente unos tintes verdaderamente dramáticos. La mula no aparece... ¡ah, pues alguien lo va a tener que lamentar!. Ya que significa que el joven transportista procedente de Coahuila que debía introducir cierta cantidad de droga en territorio norteamericano, al final no se ha dignado aparecer... y que su novia, retenida a modo de garantía en la parte trasera del pick up de Barry, está metida en un lío de proporciones épicas.
– Démosle una hora más. Después, ya te imaginas...
Es poco probable que la mula vaya a dar señales de vida ya. Sabe a lo que se expone. A partir de ahí, se abre la posibilidad de que entre los tres violen y maten a golpes a la chica, o bien que la prostituyan hasta recuperar el dinero adeudado. Barry mira hacia el remolque y lo tiene claro: en esta ocasión será más bien lo primero... la fianza que se han buscado tiene pinta de no aguantarles ni un par de asaltos, así que de llevarla a un club mejor ni hablar. Está muerta de miedo y no lo disimula: parece un gato mojado. Evidentemente, ni ella misma confía que su novio vaya a hacer lo correcto.
Cae la tarde, pero el calor todavía es tan intenso que parece aplastar a los tres hombres contra el suelo parduzco del desierto. Sus sombras se alargan, aguardando en una vía medio abandonada a un lado de la carretera. La carrocería del pick up brilla con destellos anaranjados, reflejando la luz solar que empieza a ocultarse por detrás de la línea del horizonte. La chica del remolque siente que la boca le sabe a polvo... hace más de tres horas que no le dan de beber (...)
