❛ ineffable // jjk.

OO7 ͜͡🌙

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  🌙◯ ⨾ 5:27 am.

Estoy mirando abajo. no entiendo porque Emily me trajo hasta acá arriba. las pocas personas que pasan se ven como diminutas migajas de pan. Quiero saltar, quiero saltar de éste quinto piso, algo en mi dice que tengo que saltar con ella, pero no puedo. soy muy débil de voluntad y la cobardía se hace presente cada que cierro los ojos. soy una inútil, nisiquiera sirvo para matarme.

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—por lo que veo has estado escribiendo mucho.— La señorita Beck había terminado de revisar mi diario, cruzó sus piernas y tomó un bolígrafo para sus apuntes mientras yo observaba aquel sitió de arriba a abajo. casí olvidaba cómo estaba acomodada cada cosa en su consultorio.

—Si, han pasado muchas cosas.

—¿qué hacías en un quinto piso? — giré para toparme con su inexpresivo rostro, mismo que me hizó esconder la cara bajó la sombra de mis cabellos. Sabía lo que estaba pensando, ella no me creía.

—Samara, es la octava vez que pasa.

—Emily, ella me despertó y me señaló el camino. dijo que todos moriremos.— volví a subir la cabeza. —si algún día tomo el valor suficiente para saltar sólo sería como adelantar lo inevitable ¿no?

me miró directamente por unos segundos antes de continuar con sus escritos. —¿qué tal las clases?

—¿porqué me está ignorando?— frunci el ceño y al instante sus expresiones mostraron confusión. —acabo de decir algo y usted simplemente cambió el tema. Se supone que debería escucharme y no lo hace.— notó mi tensión. colocó una de sus manos sobre las mías, antes de que yo las quitase bruscamente, no me interesaba una seguridad falsa ni que intentase calmarme con eso.

—usted no está prestando atención a lo que me pasa porque no le importa, por eso me pidió escribir todo ¿verdad? Así no tiene que perder el tiempo escuchando a una loca.

—Samara...— suspiró —trataré de conseguirte otra dosis de medicamentos, pero ésta vez tienes que seguirlas correctamente si quieres que hagan efecto.

—como sea.— me puse de pie y esperé a que me diera la nueva receta. ¿por qué tengo que ingerir pastillas? ¿de verdad necesito de una droga que me haga 'felíz' para sentirme menos miserable? Desde años atrás he estado medicándome y la tristeza sigue aquí. Les cuesta mucho aceptar que soy una persona triste y siguen buscando soluciones para mi problema, cuándo el problema quizá soy yo.

—¡Hey!— Hannah se levantó de las bancas de espera y me alcanzó por el pasillo. —¿qué ocurrió?

—nada.

—¿qué te dijo la psicóloga?

—que estoy perfectamente bien.— respondí sarcástica y mis pasos cesaron.

—¿más pastillas, verdad?— apretó sus labios rojos y miró a un costado, como si se estuviese asegurando de que nadie estuviera cerca. —yo sé que la señorita Beck no te haría daño, pero te conozco Sam, sé que no eres una loca y tengo mala espina de los antipsicóticos, creo que te hacen más mal que bien.