Lobito Malo

Cerise Hood corría desesperadamente entre los arboles del bosque encantado, lagrimas furiosas escurrían de entre sus mejillas y ligeros hipidos escapaban de sus labios.

Poco a poco iba adentrándose mas y mas en el bosque hasta que finalmente Ever After dejo de vislumbrarse a lo lejos y solo ramas y arboles enorme alcanzaba a verse en lo alto. Leves rayos del sol alcanzaban a filtrarse de entre los árboles y los suaves cantos de los pájaros y animales lograban escucharse a lo lejos, la oscuridad poco a poco fue opacando aquella luz y Cerise Hood sin duda quedo sola, sin embargo, esto no necesariamente la asustaba, estaba acostumbrada a llegar aun mas profundo en el bosque y sabia a donde se dirigía.

Finalmente termino por acercarse a un hermoso clero donde los rayos del sol entraban sin obstrucción alguna, siendo el único lugar cercano que podía darse el lujo de bañarse de la luz natural del sol.

Se recargo en el árbol más próximo y a pesar de la carrera las lagrimas no cesaron, al contrario, más y más gotas caían de sus hermosos ojos grises, estaba enojada. No, estaba furiosa, maldito Daring, maldito y cien veces maldito.

Sin darse cuenta un pequeño lobo se fue acercando sigilosamente hacia donde se encontraba Cerise y sin el menor reparo soltó una mordida hacia la capa roja de la chica, jalando de ella juguetonamente logrando llamar la atención de su amiga.

Cerise miro detenidamente al lobo y con pesar se agacho a abrazarlo, apretó fuertemente su agarre y soltó aún más lágrimas de ser posible.

- Oh Carmine, lo siento. Se que dije que jugaríamos hoy pero no me siento con los ánimos suficientes – dijo, mientras tomaba asiento en aquel árbol en el que minutos antes se había recargado.

El pequeño lobo miro curioso a su amiga y sintiendo sus emociones se recostó al lado de ella, recargando su cuerpo en sus piernas. Cerise acerco sus manos hacia el broche de su capa y delicadamente fue deslizándola logrando deshacerse de ella. Inmediatamente unas orejas puntiagudas color marrón asomaron de entre su cabeza, y el pequeño lobo curioso volteo a mirarla, sin embargo, acostumbrado a aquellos gestos de la chica rápidamente volvió a retomar su posición inicial recostando su cabeza en las piernas de la chica, pero aun así su cola pequeña y peluda se movía alegremente al estar por fin con su amiga.

Cerise volteo su mirada hacia arriba, logrando ver el inmenso cielo azul que se mostraba aquel día, no había ni una nube que opacara al sol, y tampoco viento que meciera las ramas; simplemente era un día hechifantastico. No obstante Cerise entrecruzo el ceño, y cerró los ojos tratando de calmarse a si misma y a su agitado corazón.

Habían pasado unos cuantos minutos cuando la chica ya más calmada empezó a jugar con el lobito Carmine, iban y venían de un lado a otro correteándose entre ellos, Carmine soltaba leves mordeduras a la chica y ella de vez en cuando correspondía a ellas atrapándolo entre sus brazos y dando volteretas hasta terminar mareados.

No muy lejos de ahí Daring Charming corría desesperadamente buscando con la mirada a aquella chica que había hecho enojar algunas horas antes, se iba internando mas y mas en el bosque, sin embargo, esto no asustaba en lo más mínimo al príncipe Charming, pero sin duda, si estaba preocupado por la chica, podría estar en peligro justo en esos momentos y él no lograba dar con ella. "Estúpido Daring" se repetía mentalmente, esta vez si que la había cagado en grande y no hallaba forma de reparar lo que había hecho, a menos... a menos que fuera totalmente sincero.

Corría y corría, pero no le faltaba mucho para empezar a rendirse; llevaba varios minutos internado en ese bosque y simplemente no la encontraba, tal vez se había equivocado de ruta, o tal vez ella ni siquiera se encontraba en aquel bosque. Aunque no tardo mucho tiempo en escuchas risas algo distantes, curioso Daring se acercó a un clero bastante iluminado y poco a poco asomo su cabeza de entre varios árboles, sorprendiéndose de lo que había encontrando.