1

7 0 0
                                    

Mis días empiezan a las 7 am. Ningún segundo menos y ninguno más, es como si estuviera en automático y sin protestar me levantaba .

Menos hoy, la puñetera alarma decidió desconfigurarse, veo la pantalla de mi celular, 12 mensajes y 20 llamadas perdidas de mi madre, joder, que pesada, aunque la culpa es mía y debo apurarme.

Salgo corriendo hacia el baño al sentir mi vejiga pidiendo liberación, vamos, las mujeres también podemos hacer comentarios estúpidos. Mientras me lavo los dientes escucho el timbre sin dejar de sonar, te odio madre.

Colocandome una bata para que nadie vea mi ridicula pijama, intento no tropezar con la bola de pelos llamada brownie, larga historia para contar en este momento y si, esta vinculada con marihuana.

Abro la puerta y contempló al dios griego que esta enfrente de mi puerta, uy si Dios griego mi trasero, que estúpidas las que le hacen caso.

—Contempla mis hermosas pantuflas -dije alzando mi pierna hacia a un costado, su mirada se posó en mi pijama, su sonrisa estúpida me hizo borrar la mía, ya no era gracioso intentar ser ridícula- ¡¡brownie!! ¡No te salgas!

—no se porque tienes a esta bola aún -dijo cargando a Brownie con solo una mano, es tan bonita.-Tu madre me envió, dice que debemos estar antes de las 2

—Por ahí hubieras empezado, esperame en la sala ahorita vengo, ah, y deja de molestar a brownie! -le solté un manotazo en su mano para que soltara a la perra.

Gracias a dios que ayer se me ocurrió bañarme en la noche, que ahorita no me alcanza el tiempo para nada. Entre a mi closet, empece a quitarme la ridícula pijama de las brats, si, aún tengo la pijama ¿y que? Es una gran serie, malditas rosadas siempre las odie.

Me coloque en el espejo abriendo una bolsa con mi maquillaje, no deseaba tardarme pero una mujer como yo, que no obtuvo grandes genes y la fealdad siempre la acompaña, necesita tiempo para ser milagros. Sabía que el gorila estaría cambiando el maldito canal todas las veces necesarias hasta llegar a los malditos canales de deportes, lo se porque lo conozco desde que eramos adolescentes, la pubertad le ayudó bastante aunque con el cerebro no le fue tan bien, pobre de su esposa.

Empiezo a buscar en mi closet vestidos negros, son los que dan más formalismo y me quedan geniales, aparte de que amo el color.
Okay, al ver los vestidos en el suelo, decido escoger uno de ellos, debi haber comprado vestidos, pero no, a la idiota no se le ocurrió, en fin, me lo pongo y me veo en el espejo.

No era lo que esperaba pero me resignó al escuchar que se apaga la televisión, joder, corro hacia mi habitación para tomar el celular, que no haya tráfico por una vez en la vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No era lo que esperaba pero me resignó al escuchar que se apaga la televisión, joder, corro hacia mi habitación para tomar el celular, que no haya tráfico por una vez en la vida.

—listo listo, vamos -dije con mi bolso en mano al llegar a la sala y verlo impaciente.

—¿sabes a que hora vamos a llegar? -decia mientras salimos de la casa.

Dando todo para...¿el jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora