El Mar De Los Soles Muertos. III

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Capítulo 3: La desesperación de un West.

"La desesperación de uno, puede ser causa para los horrores de muchos".

Ubicación : Chicago, Illinois, EE. UU.
Fecha: 19/12/2020 – Horas del atardecer.
Taylor West.

Cuando termina la reunión en la sala de entrenamientos ya es tarde. Jayden y yo nos despedimos de los demás y nos vamos a casa en su camaro rojo.

—¿Qué tan fuerte es Vladimir? —le pregunto.

Jayden me mira por momentos.

—No tanto como crees.

—¿Cuál es su fortaleza? —sigo.

—Es un maestro de la defensa, sólo eso.

Me acuerdo de la armadura que hizo aparecer durante nuestra demostración. El golpe no iba tan fuerte, pero igualmente era fuerza bruta. No pude hacerle ni una abolladura.

—¿Y los demás?

Vuelve a mirarme. No sabe porqué le estoy preguntando esto.

—Klaus puede pelear por horas sin cansarse, Savannah tiene una fuente de poder muy grande, James es pura técnica, Nathaniel se adapta a diferentes formas de pelea y Sara ataca de forma muy precisa y letal. ¿Por qué tanto interés? ¿Vas a matarlos o tienes miedo de que no sean suficientes?

—Sólo quería saber cómo pelean.

—Taylor, ¿tienes miedo de esos demonios inútiles?

—No. Sé que voy a pelear con Amón y voy a partirlo en dos.

—Me gusta esa actitud.

Jayden pisa más el acelerador, subiendo la velocidad del auto para llegar más rápido.

Llegamos para calentar pizza en el microondas, ninguno es buen cocinero. Comemos y sin mucho hablar, cada uno se va a dormir.

El sol sale lentamente borrando una terrible oscuridad. Tengo un dolor en mi brazo izquierdo, no puedo moverlo. Está todo destrozado. Me duele todo el cuerpo, estoy sangrando. ¿Dónde estoy? Parece un campo abierto, la hierba es corta. Hay un fuerte olor a sangre, sudor y tierra revuelta. Veo a Amón, el demonio de la ira a unos metros de mí, también está herido.

Él corre hacia mí, no puedo responder, no puedo moverme. Mis piernas están tan adoloridas que caigo arrodillado al suelo. Veo llegar a Jayden en la misma condición que yo, pero él sí se mueve. Empieza a pelear con Amón. Belcebú, el demonio del gula también llega. Ambos demonios pelean con mi hermano y no puedo ayudarlo. Amón le arranca uno de los brazos y lo arroja, Belcebú va como un perro hambriento a devorarlo.

Amón le arranca parte por parte pedazos de piel, mientras Belcebú se los come. Luego el demonio del gula va con sus órganos y cara. Sólo queda el esqueleto de lo que alguna vez fue mi hermano.

Ambos demonios vienen hacia mí, soy el siguiente, pero el esqueleto de mi hermano vuelve a la pelea. Logra atravesar a Belcebú con uno de sus huesos y dejarlo malherido. No saca el hueso, sino que lo convierte en muchas ramas que salen del cuerpo del demonio en muchas direcciones, dejándolo sin vida. Aún después de muerto Jayden sigue siendo temible.

Amón lo toma por el cráneo y lo levanta, escucho algo agrietarse. La fuerza del demonio es tan grande que logra destrozar el cráneo de Jayden.

Enfurezco al ver la escena, no siento tristeza por su muerte, sino una profunda rabia interior.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora