Mini cuentos

neko

Aun recuerdo el día que me adoptaron, apenas tenia unos meses de nacida y aun así mis patitas se encontraban llenas de lodo, mi pelaje de suciedad y pulgas, mi mirada llena de tristeza y hambre...
Había nacido en la calle, mi madre murió atropellada por uno de esos monstruos de metal que los humanos llaman automoviles, mis hermanos murieron de hambre, y yo de manera casi milagrosa había sobrevivido después de todo.
Ese día mi dueña, una niña de unos 5 años me había visto tirada en la calle, debilitada por la falta de alimento. Recuerdo que con una calidez impresionante me cargo y me llevó a casa, sus padres casi se infartabam al verme, pero la insistencia de la pequeña logro convencerlos de que me conservaran.
Años pasaron, mi dueña creció y yo también, todo fue felicidad hasta que enfermó...
Leucemia dijeron los doctores cabizbajos cuando fueron a verla.
Día a día la ví debilitarse, ya no jugaba conmigo, solo me llamaba por mi nombre "Rinni" y yo corría a su cama para que pudiera mimarme. Sus padres comenzaron a discutir a diario por el costo del tratamiento y la salud de mi niña empeoraba mas y mas.
Pronto llego el día, me llamo como siempre y yo supe al ver esa mirada agonizante que ya no resistiría mas. Me quede con ella lamiendo su mejilla hasta que se quedo dormida y no volvió a despertar...
El llanto ahora inunda la casa, pero claro que nadie consuela al gato quien la amo con su corazón y alma...
En este momento tras 1 largo año tras el arrebatamiento de mi Serena, espero a la muerte para que me lleve con aquella que me salvo la vida y se gano mi lealtad y cariño con su inocencia y dulzura, para correr nuevamente por el césped aun húmedo por el rocío matinal y por la nieve del invierno, para ver esa tierna sonrisa que me quitaba el aliento, para sentir aquella calidez de nuevo y dejar la tristeza de lado una vez mas