Salgo de la escuela y me dirijo hacia mi casa. Al llegar veo al imbécil de mi padre, sentado en la mesa bebiendo alcohol. Me siento en frente de él y me mira con su característica arrogancia que lo identifica.
-Buenas noches, Lucas.-Le digo y él se para bruscamente.
- ¿Qué necesitas? ¡Vete a tu habitación, no quiero verte!-Levanta su mano para abofetearme, pero lo esquivo y subo rápidamente hacia mi habitación cerrando de un portazo.
Cuando llego, tiro mi mochila y en un movimiento brusco, me acerco hacia el escritorio y tiro todas las cosas en un movimiento rápido. Caigo de rodillas y comienzo a llorar.
-No lo soporto más, no aguanto sus golpes ¡Es mi padre! Ojalá estuvieras con nosotros mamá...
Miro hacia la puerta al sentir un ruido proveniente de ella y veo a mi padre entrar con una botella de alcohol. La tira al piso y veo que se hace añicos, ya que es de vidrio.
-¡Limpia todo ésto! ¡Ya! ¡Muévete!- Me escupe y baja las escaleras como puede.
-¡Viejo asqueroso! -Agarro un pedazo de vidrio, salgo de mi habitación y corro escaleras abajo hasta estar en frente de mi padre.- ¡Estoy harta de tus malos tratos! ¡Estoy harta de tí! ¡De tu existencia!-Le grito y alzo el vidrio.
-¿Qué... Qué harás?- Tartamudeó y se alejó un paso hacia atrás.
-Lo que debería haber hecho, desde que asesinaste a mamá.- Alzo el vidrio y se lo clavo en el cuello y él cae al piso. -No me alcanza clavarte sólo este vidrio...- Susurré en su oído, me alejo y corro hacia la cocina para buscar una cuchilla. Vuelvo corriendo. - ¡Muere!- Y finalmente siento el placer de clavarle esa cuchilla en su cuello y ver correr su sangre...
FIN♡